Adiós, 2022. Segunda parte: libros, cine, cómics y videjojuegos.

En la anterior entrada del blog empecé a repasar cosas que me tuvieron ocupado durante el año que acaba de terminar, y este post sirve para terminar con el repaso. Más en concreto, hoy hablo sobre libros, películas, cómics y videojuegos que me hicieron gozar en 2022.

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Adiós, 2022. Primera parte: Música

Fotos: Tarta Relena y Turbolover DJ por Midamideta. Anabel Lee y Ferran Palau por Carlos Caneda.

El blog de Spam de Autor cumplió diez años en agosto del año que acaba de terminar. Hubiera sido un buen momento para haberlo celebrado con una fiesta, o al menos haber publicado una serie de posts especiales. Pero no he tenido manera de sacar adelante nada de eso. De hecho, 2022 ha sido el año más estéril hasta en cuanto a publicación de contenidos en el blog.

Aún así, aquí va mi post-resumen de cosas de 2022 (y, por supuesto, sale publicado fuera de fecha). No sé si a alguien le interesará lo más mínimo, pero supongo que me resultará útil si un día necesito recordar qué más hice el año pasado además de pasar el COVID, despedirme de mis amigos de Lleida y tirarme semanas y semanas embalando y desembalando las cosas que no he regalado ni he tirado a la basura a cuenta de mi supermudanza. Y como me ha quedado un tocho de texto bastante hermoso, hoy me voy a centrar en el repaso a cosas musicales y mañana ya saldrá otro post sobre otros asuntos. 

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“La imaginación tangible” de Jordi Sánchez-Navarro

Solo conozco dos monografías escritas en castellano que aborden una historia general de la animación cinematográfica. Una de ellas es La imagen animada, de María Lorenzo Hernández (Diábolo ediciones, 2021), a la cual espero dedicar próximamente un post. La otra es La imaginación tangible: una historia esencial del cine de animación, de Jordi Sánchez-Navarro (Ed. UOC, 2020), que comentaré hoy aprovechando que la resaca de la 26ª edición de Animac aún sigue viva

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Majaderías del año 2014

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Ay, la crisis del periodismo, qué de disgustos está dando. Las fuentes de ingresos de toda la vida se han esfumado. Los redactores y los reporteros rasos cada vez están más explotados y la figura del corrector ha pasado a la historia. Los corresponsales en el extranjero son cosa como de ciencia ficción. La poca pasta que hay se dedica a contratar comunicadores estrella, que se supone que atraen público pero no saben hacer la o con un canuto. Cualquier información que se publique ha de pasar la censura previa de los patrocinadores, que son los que sostienen todo este tinglado. Total, que los noticieros se han convertido en un barullo de notas de agencia mal copiadas, publicidad corporativa explícita, y recopilaciones de memes del whatsapp, Trending Topics de Twitter y videos de youtube que lo petaron dos semanas antes. Cuando uno pasa demasiadas horas expuesto a estas cosas, además de sentirse saturado, empieza a notar que en el discurso hay bastantes cosas que fallan. Algo como cuando en el Batman DK2 de Frank Miller se estropeaba la imagen televisada del presidente y todo el mundo se daba cuenta de que les estaban colando una trola como un piano. Entonces, ya que estas son fechas de resúmenes de lo mejor del 2014, aprovecho para recopilar algunas majaderías muy gordas que me vienen a la cabeza, y que no porque se hayan repetido muchas veces van a empezar a tener sentido. Sigue leyendo

Consejos prácticos para principiantes en la fotografía de conciertos

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Bastante gente toma fotografías de los conciertos a los que acude. Entre ellos los más visibles son, por un lado, los que se dedican a ello profesionalmente, que generalmente cuentan con una técnica depurada y un equipo carísimo, y por otro aquellos que sacan fotos con su smartphone o su cámara compacta sin mayores pretensiones. Pero en medio se encuentra una minoría olvidada: aquellos a los que yo llamo fotógrafos amateur. Internet está lleno de tutoriales técnicos destinados a fotógrafos profesionales (o casi), pero nadie se suele acordar de la gente que da sus primeros pasos. Y aunque no cuento con formación como para dar consejos técnicos a nadie, la experiencia que me ha dado fotografiar cientos de conciertos creo que me da la autoridad suficiente como para dar algunas recomendaciones prácticas que puede que te ayuden a hacer unas fotos que se acerquen a lo que quieres conseguir, y que lo puedas hacer sin agobios. Sigue leyendo

La Copa del Mundo de Vela

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Hoy arranca en mi ciudad el Campeonato del Mundo de Vela. A pesar todas las bondades que cuenta el alcalde de Santander a mí todo me parece un despropósito. Así que voy a dedicar al Sailing World Cup y a la memoria de su gran benefactor, D. Emilio Botín, quien falleció en la madrugada de ayer martes 10 de septiembre, esta lista de diez barcos que han sido una mierda. Sigue leyendo

2013: balance al final del año

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Durante las últimas semanas todo el mundo internetil ha estado ocupado en contar lo que para ellos ha sido lo mejor del año. Mientras tanto yo perdía el tiempo preparando los resúmenes del año para otros mil sitios: los de Mondosonoro, todo lo que se ha publicado en el blog de Al Norte del Norte, el del programa de radio de Noche de Rock… Así que aquí ando, a mediodía del 31 de diciembre escribiendo a todo correr mi resumen personal. Este es. Sigue leyendo

¿Qué hace interesante a una crítica?

Crítico musical

El otro día apareció en Musicópolis un editorial que reflexionaba sobre cómo las reseñas de discos están perdiendo protagonismo de los medios especializados en música, y sobre cómo les han comido terreno contenidos más frívolos. Pero entonces surge una pregunta: ¿puede que los periodistas musicales hayan dejado de ser interesantes? Una conversación en mi perfil de Facebook que arrancó a raíz de ese artículo me ha dado algunas ideas sobre las cosas que hacen interesante un texto sobre música.
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Lo mejor del año: la escena independiente norteamericana de los primeros 80

Descendents

Llegadas las últimas semanas de diciembre, parece que uno no es nadie si no repasa lo que más le ha gustado del año que termina, así que no me queda otra opción que escribir unos pocos posts dedicados a algunas de aquellas cosas que han acaparado mi atención durante estos últimos doce meses.

Y una de ellas ha sido el indi americano de los primeros años de la década de los ochenta. Durante este 2012 he visto en directo a Adolescents, a Descendents, a Dead Kennedys, a Jello Biafra y a Meat Puppets. Y si nos estiramos, también Swans entrarían en esa quinta. Solo me ha faltado haber podido acercarme a ver a los Zeros para hacer un pleno. En cuanto a libros, he leído “Tenemos la bomba de neutrones” de Mark Spitz y Brendan Mullen, dedicado a los inicios de la escena punk de Los Ángeles, y también el magnífico “Our Band Could Be Your Life” de Michael Azerrad sobre la escena independiente de los Estados Unidos durante la década de los ochenta. Si reviso lo que he escuchado según las estadísticas siempre inexactas de last.fm, en las primeras posiciones encuentro discos como “I Don’t Wanna Grow Up”, “Milo Goes to College” o “All” de Descendents, “Frankenchrist” de Dead Kennedys o la compilación “Post-Mersh, Vol. 1” de Minutemen. E incluso cinco de los posts que he publicado en este blog hablaban de forma directa o indirecta sobre esta generación de bandas.

En un año en el que las Reagonomics han vuelto con más fuerza que nunca creo que es un ejercicio saludable recordar de qué manera reaccionó parte de la música contra aquella primera ola de neoliberalismo. En los primeros años de los ochenta se vivió la aparición de una red de apoyo mutuo que a lo largo y ancho de los Estados Unidos unió grupos, salas, fanzines y aficionados dentro de una gran escena, en la que el compromiso artístico estaba ligado de forma muy estrecha a una ética de trabajo basada en la autogestión y en una actitud de coherencia y honestidad. Se podría decir que la escena underground vivió un proceso de empoderamiento, por el cual su protagonismo como actores que se movían por un circuito totalmente independiente de la gran industria del entretenimiento.

Y, qué leches, escuchar una música cargada con tanta energía siempre ayuda a que uno se siga sintiendo como un eterno adolescente.