Lo mejor del año: la escena independiente norteamericana de los primeros 80

Descendents

Llegadas las últimas semanas de diciembre, parece que uno no es nadie si no repasa lo que más le ha gustado del año que termina, así que no me queda otra opción que escribir unos pocos posts dedicados a algunas de aquellas cosas que han acaparado mi atención durante estos últimos doce meses.

Y una de ellas ha sido el indi americano de los primeros años de la década de los ochenta. Durante este 2012 he visto en directo a Adolescents, a Descendents, a Dead Kennedys, a Jello Biafra y a Meat Puppets. Y si nos estiramos, también Swans entrarían en esa quinta. Solo me ha faltado haber podido acercarme a ver a los Zeros para hacer un pleno. En cuanto a libros, he leído “Tenemos la bomba de neutrones” de Mark Spitz y Brendan Mullen, dedicado a los inicios de la escena punk de Los Ángeles, y también el magnífico “Our Band Could Be Your Life” de Michael Azerrad sobre la escena independiente de los Estados Unidos durante la década de los ochenta. Si reviso lo que he escuchado según las estadísticas siempre inexactas de last.fm, en las primeras posiciones encuentro discos como “I Don’t Wanna Grow Up”, “Milo Goes to College” o “All” de Descendents, “Frankenchrist” de Dead Kennedys o la compilación “Post-Mersh, Vol. 1” de Minutemen. E incluso cinco de los posts que he publicado en este blog hablaban de forma directa o indirecta sobre esta generación de bandas.

En un año en el que las Reagonomics han vuelto con más fuerza que nunca creo que es un ejercicio saludable recordar de qué manera reaccionó parte de la música contra aquella primera ola de neoliberalismo. En los primeros años de los ochenta se vivió la aparición de una red de apoyo mutuo que a lo largo y ancho de los Estados Unidos unió grupos, salas, fanzines y aficionados dentro de una gran escena, en la que el compromiso artístico estaba ligado de forma muy estrecha a una ética de trabajo basada en la autogestión y en una actitud de coherencia y honestidad. Se podría decir que la escena underground vivió un proceso de empoderamiento, por el cual su protagonismo como actores que se movían por un circuito totalmente independiente de la gran industria del entretenimiento.

Y, qué leches, escuchar una música cargada con tanta energía siempre ayuda a que uno se siga sintiendo como un eterno adolescente.

Música sobre música: Dirty Projectors y Black Flag

Rise Above Damaged

A lo largo de la historia del rock algunos músicos se han lanzado a reverenciar a sus artistas de cabecera, regrabando alguno de sus álbumes al completo. Esto requiere una implicación y un compromiso notablemente mayor que aquel que graba una versión de una única canción. ¿Ejemplos? Unos de los primeros en hacerlo fueron Pussy Galore, que allá por 1986 destrozaron tema por tema el “Exhile on Main St.” de los Rolling Stones. Beck, el tipo con una de las trayectorias menos convencionales que recuerdo, presentó hace un par de temporadas una serie de versiones propias de álbumes que iban desde el debut de The Velvet Underground hasta el “Kicks” de INXS. Mención aparte merecen Laibach, versioneadores compulsivos que recrearon en 1988 “Let it Be” de The Beatles, además de haber publicado albumes dedicados exclusivamente a versiones de canciones de corte marcial (“NATO”) o de himnos nacionales (“Volk”). Sigue leyendo

Apocalipsis 2012

El caballo de turín

En menos de una semana me he topado con dos trabajos actuales que representan el apocalipsis. No hablo de profecías agoreras ni mucho menos de la tontuna de los Mayas. Hablo de “El caballo de Turín”, la última película del húngaro Béla Tarr, y del directo del grupo Swans. Sigue leyendo

La entrevista perdida a Los Deltonos

Los Deltonos

En los primeros días de este 2012, poco después de que se publicara “La Caja de los truenos” (2011), tuve la oportunidad de charlar con Hendrik Röver para una entrevista que por cosas de la vida terminó por no publicarse en la edición nacional de la revista Mondosonoro como inicialmente se había planeado. El grupo publica estos días “Saluda al campeón”, la continuación de aquel álbum, y supongo que es un buen momento para recuperar este texto.

A estas alturas creo que todo el mundo es consciente de que hablar con Hendrik es un lujo para todo entrevistador: es un crack como compositor e intérprete con Los Deltonos y en solitario, tras más de un cuarto de siglo pateando escenarios tiene mil historias que contar, es un erudito en el blues y el rock de raíces norteamericano, y además tiene una lengua afilada que no deja de escupir grandes titulares. En ese sentido, el formato de entrevista que se suele emplear en Mondosonoro (más cercano al reportaje que a la reproducción literal del diálogo entre el periodista y el músico) hace que se pierdan un puñado de declaraciones explosivas y de frases lapidarias. Pero, humildemente, creo que al final el artículo no quedó tan mal. Sigue leyendo

Retromania (III)

Retromania

En Retromania, Reynolds presta especial atención a la figura del curator. Como ya comenté hace algunos posts es un término de difícil traducción al castellano pero que vendría a ser algo similar al comisario de arte: el encargado de ordenar todos los elementos de una exposición y dotarla de interés al mostrar conexiones insospechadas entre objetos bien reconocibles. Sigue leyendo

Retromania (II)

Retromania

En el post anterior repasé algunos acontecimientos objetivos (fechas de publicación de discos, momentos de auge o declive de artistas, de aparición o de extinción de estilos musicales, etc.) que Simon Reynolds describe en “Retromania”. Pero también es interesante fijarse en los sentimientos que estos sucesos despiertan en el autor y en el público musical en la actualidad. Sigue leyendo

Retromania (I)

Retromania

¿Queda algo por inventar en la música? En los últimos años me he encontrado esta pregunta como inicio de una discusión recurrente en foros de internet. Las respuestas suelen ser variadas, y dependiendo del foro habrá quien sitúe la fecha en la que la música agotó su creatividad en la década de los ochenta, los setenta, los sesenta o incluso habrá quien se remonte a los tiempos de Beethoven o a Bach. Sigue leyendo

XXXO – Bienvenidos a mi página de Facebook

A knock at the door
Then we hit the floor
And all I know is that you leave me wanting more

I don’t let it show
But I think you know
‘Cause you’re tweeting me like Tweety Bird on your iPhone

Upload a photo
See below
If you like what you see
You can download and store

We can find ways
To expand what you know
I can be that actress you be Tarantino

Nunca me entero de qué es lo que M.I.A. quiere decir en sus canciones. Esa poesía hoygan en formato whatsapp se me escapa por completo. En cualquier caso, supongo que ese es el idioma en el que tienen que ser cantadas las historias del mundo 2.0., un entorno del que la birmana se ha apropiado hasta mostrar en la portada del álbum su rostro cubierto por un Niqab fabricado con barras de carga de Youtube.

Bueno, pues todo esto me sirve para anunciar que spamdeautor ya tiene su página en facebook, que viene a unirse a la cuenta de twitter que seguro todos estáis siguiendo ya.

Decálogo para pedir un pase de prensa

Pase de fotógrafo

Durante unos años, la proliferación de blogs, webzines y medios digitales en general coincidió con la temporada de vacas gordas en la música en directo, lo que ayudó a que prácticamente cualquier persona pudiera conseguir un pase de prensa para cualquier concierto. Los promotores estaban dispuestos a contentar a la mayor cantidad de gente que pudieran, y muchos empezaron a solicitar las acreditaciones no como un medio de trabajo sino como un atajo para conseguir un pase VIP. En medios no especializados los pases de prensa para eventos gordos empezaron a ser un premio para empleados que caían bien cuando no había invitaciones formales suficientes para todos. Había quien conseguía pases en nombre de medios que ni siquiera existían. Muchos que ni eran periodistas ni tenían vocación de informar pudieron entrar gratis a todas partes, y también muchos informadores serios terminaron por olvidar cuál era el mínimo que se les debía exigir en su trabajo. Muchos estaban acreditados por encima de sus posibilidades.

Pero llegó la época de vacas flacas, la venta de entradas cayó y las promotoras recortaron de forma drástica el número de personas que podían entrar a un evento sin pasar antes por caja. Así que el que a día de hoy pretenda conseguir una acreditación deberá realizar un mínimo esfuerzo, ya que el oficio del periodista musical se ha visto muy devaluado. Tras varias jornadas de intensa reflexión el Oráculo de Perogrullo me ha revelado una serie de consejos que ayudarán al que quiera ganar puntos a los ojos del que le va a acreditar. Sigue leyendo