Spring Breakers y otros adolescentes en el lado salvaje

Pocas veces he tenido que dar tantas explicaciones en mi entorno por haber pagado por ver una película como Spring Breakers. La verdad es que no entiendo a qué viene tanto revuelo si yo no se las pedí a ninguno de los que pagó por ver Lincoln o Los Miserables. Pero vistas las encendidas reacciones en contra de la película, me queda clara la habilidad del director Harmony Korine para hacer películas que resultan incómodas a muchos espectadores de cine (y especialmente a gente que no ve sus películas). Y también que el tema de la adolescencia da pie a fuertes polémicas. Se trata una etapa de la vida fascinante, intensa, un momento de inocencia y experimentación, en el que los cuerpos están plenos de fuerzas pero los corazones llenos de inseguridades. Y el cine no siempre consigue tratar con acierto estos estallidos hormonales. La mayoría de las películas que retratan estas edades (tanto las que se dirigen de forma clara a un público adolescente como las que buscan una audiencia más adulta) suelen estar narradas desde el punto de vista condescendiente de los adultos y evitan ofrecer cualquier mensaje mínimamente elaborado que vaya más allá de las exaltaciones del valor de ser joven (esto es, ser guapo, heterosexual, monógamo y tener un futuro lleno de prosperidad) o de las visiones moralizantes que tratan de poner de relieve –generalmente desde una perspectiva sensacionalista- los peligros de echar a perder una vida antes de tiempo. Frente a todo esto, el cine sobre adolescentes que a mí me interesa es el que se adentra en ese mundo exclusivo en el que el futuro no existe y los adultos son un obstáculo para la felicidad. Podría citar decenas de películas sobre todo esto, pero me voy a quedar con cinco que me parecen útiles para poner en contexto a Spring Breakers.

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Sobre algunos clásicos del cómic español

Gato

En la serie “Amar es para siempre” que actualmente se emite en las sobremesas de Antena 3 aparece el personaje de Mauro, un joven de hábitos desordenados pero con un ánimo emprendedor que le lleva a probar suerte como dibujante de tebeos. Puede llamar la atención que una serie estéticamente tan conservadora fije su atención en el mundo del cómic, aunque si nos paramos a pensar no parece tan extraño. Desde la década de los cincuenta hasta los ochenta los cómics fueron un arte verdaderamente popular, consumido de forma masiva entre el público infantil y juvenil sin distinción social. Más en concreto, los personajes que aparecían en los tebeos de Ediciones Bruguera calaron de forma muy profunda en el imaginario colectivo. Pero además en los últimos años han visto la luz varias obras que han tratado de reconstruir el ambiente editorial barcelonés de finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, de las cuales hoy toca destacar tres: Los profesionales de Carlos Giménez, El gran Vázquez por Óscar Aibar y El invierno del dibujante de Paco Roca. Sigue leyendo

La historia del Black Metal según Fenriz

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Después de varios días en los que todos los medios de comunicación han mantenido conexiones casi permanentes con el Cónclave Vaticano, ha quedado claro que con esta fumata blanca han vendido humo a un nivel inaudito. Lo cierto es que la elección del nuevo papa, más allá de la anécdota freak de unos ancianos disfrazados que se acercan desde todas las partes del planeta para reunirse en el templo que siempre caía en el examen de Historia del arte de Selectividad con el fin de elegir al dictador de uno de los países más extravagantes del mundo, es una de las noticias más intrascendentes que uno pueda imaginar en el año 2013. Ojalá se diera la misma cobertura mediática a las reuniones en las que se elige a los que dirigen los consejos de administración de cualquier gran corporación multinacional, que son decisiones que sin duda tienen mucha mayor influencia sobre nuestras vidas. Así que para dar la bienvenida al nuevo papa voy a dedicar un post al Black Metal, quizás el estilo musical más abiertamente anticristiano que haya existido. Sigue leyendo

FAQ de los grandes premios de la industria del ocio

Milikito y caratonto

The Black Keys, premio Grammy a los más guapos

Anoche se entregaron los Grammys, el próximo domingo es la gala de los Goyas y una semana más tarde tendrá lugar la ceremonia de entrega de los Oscars. Estamos en época de premios, y me encuentro que hay una serie de preguntas que las gentes que se pasan por internet repiten una y otra vez, así que voy a intentar dar respuesta a algunas de las cuestiones que tanto os inquietan. Sigue leyendo

Rock Radical Vasco. La gran martxa de los ’80

Rock Radical Vasco

El pasado 2 de febrero La 2 de TVE emitió “Rock Radical Vasco: la gran martxa de los ‘80”, un documental dirigido por Begoña Atutxa que repasa la historia y el significado del así llamado Rock Radical Vasco de principios de los 80, como no podía ser de otra manera. Roberto Moso del grupo Zarama (quien ya publicó en 2003 el libro “Flores en la basura: los días del Rock Radikal” sobre el mismo tema) conduce la narración a través de las declaraciones de algunos de los protagonistas de aquella movida y de un excelente recopilación de vídeos de la época. El resultado es realmente digno de atención.

Por otro lado, son inevitables las comparaciones con “No acepto!!! 1980-1990: diez años de hardcore, punk, ira y caos”, que comparte bastantes protagonistas con este nuevo documental. Si bien “No acepto!!!” es más exhaustivo, el de Begoña Atutxa cuenta con un guión y un montaje bastante más profesional que le hacen mucho más fácil de digerir. En cualquier caso, ambos son dos grandes retratos de aquella época.

Minutemen: cultura por y para la clase trabajadora

W Jam Econo - Minutemen

Entre 1980 y 1985 los Minutemen, el trío formado por Mike Watt, D. Boon y George Hurley, fueron uno de las bandas más inclasificables de la escena punk underground californiana. En el libro “Our Band Could be your Life”, Michael Azerrad habla así del modo en el que la banda concebía su forma de vivir el rock&roll.

    Con líneas inspiradoras como “vivo el sudor pero sueño con años luz” los Minutemen sentían que su música estaba hecha por, para y sobre gente trabajadora. “Lo primero es dar confianza a los trabajadores”, dijo Watt. “esto es lo que intentamos hacer con nuestras canciones. No se trata de enseñarles “el camino” sino de decir “Míranos, somos chicos trabajadores y también escribimos canciones y tocamos en un grupo”. No es como si fuera la única cosa que hicieras en tu vida, pero por lo menos hacemos algo que da confianza. Puedes oír una canción que ha escrito el chico que está a tu lado en tu fábrica”.

    La idea del trabajador tuvo bastante peso en Minutemen. Entre 1982 y 1984, Boon publicó un fanzine titulado ‘Prole’, que duró seis números. Boon escribió artículos políticos e historietas, y Watt hizo reseñas de discos. Y en noches especiales Boon programaba bandas del underground local en un teatro para 300 espectadores en San Pedro, y le cambiaba el nombre de Star Theater por el de Union Theater. Los conciertos empezaban temprano para que la gente trabajadora pudiera volver a casa a una hora razonable. “D. Boon creía que los trabajadores debían tener cultura en su vida –música y arte- y no tenerla te hacía adoptar un falso estilo de vida del rock&roll”, dice Watt.

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Style Wars

Style Wars

Descubrí hace unos días este documental gracias a la lista de documentales recomendados del Festival In Edit, y lo cierto es que he quedado bastante contento con la recomendación. “Style Wars” se rodó en 1983 en las calles de Nueva York, y retrata el punto en que se encontraba en aquel momento lo que a la postre ha terminado por conocerse como la cultura hip hop. El título hace referencia al espíritu de competición que movía a los chavales que andaban metidos en esta movida, que se manifiesta en los duelos de bailes entre bboys y breakers, en los piques entre grafiteros por cubrir de pintura más vagones o por tener el estilo más molón, o las batallas dialécticas entre raperos inspirados por los mismos temas de Grandmaster Flash, The Fabulous Five o The Sugarhill Gang que copan la banda sonora del documental. Todo ello como una manera de hacerse ver, de crearse una identidad dentro del anonimato de la gran ciudad en la que las autoridades municipales, la policía y la gran mayoría de las gentes biempensantes la rechazaban y la perseguían al no ver en todo esto nada más que un acto vandálico que atacaba los valores de la gente decente.

Dentro de los documentales sobre música popular el hip hop ha sido un género que ha atraído bastantes menos miradas que otros géneros. Si a eso le unimos que ‘Style Wars’ se centra en lo que suele ser más difícil de retratar, que es la forma en la que se desarrollaba en la calle como manifestación de una cultura puramente popular, encontramos un documento de un valor incalculable. Además, es muy útil como complemento para ‘Getting Up‘, ya que aporta la recreación visual de la aún joven cultura del hip hop que se echaba en falta en aquel libro.

En fin, que si tenéis una hora libre lo echéis un ojo.

StyleWars from stylewars on Vimeo.

Películas en lengua extranjera, según Léos Carax

Este vídeo se ha convertido en un pequeño fenómeno viral en los útlimos días. No me gusta publicar contenidos de otra gente rebotados de otras partes, pero en esta ocasión creo que merece la pena saltarse esa costumbre.

    HOLY MOTORS ha obtenido el premio a Mejor Película en Idioma Extranjero de la Asociación de Criticos de Los Ángeles.

    Leos Carax no acudió a recoger el premio. En su lugar mandó este audio:

    «Soy Leos Carax, director de películas en idioma extranjero. Llevo haciendo películas en idioma extranjero toda mi vida. Las películas en idioma extranjero se hacen por todo el mundo, por supuesto, excepto en América. En América solo hacen películas en idioma no-extranjero. Las películas en idioma extranjero son, obviamente, muy difíciles de hacer porque tienes que inventar un idioma extranjero en lugar de usar el idioma habitual. Pero la verdad es que el cine es un idioma extranjero, un idioma creado por aquellos que necesitan viajar al otro lado de la vida. Buenas noches«

Lo mejor del año: Titanic 3D

titanic

Todo el mundo conoce lo que pasó con la orquesta del Titanic, que para algo su historia se emplea de forma recurrente como metáfora de algo tan ensimismado que permanece impasible mientras ve que llega el momento de muerte. Hacer mención a esta anécdota se ha convertido en un recurso tan sobado que da reparo usarlo, no vaya a ser que alguien piense que hablas del disco de Serrat y Sabina. Lo irónico del caso viene cuando hay que aplicarla sobre la propia película Titanic.

Aquel melodramón con catástrofe de regalo ya parecía cine viejo cuando se estrenó hace quince años, y a pesar de ello durante la pasada Semana Santa se reestrenó sometida a una restauración inútil (vaya forma más ruin de utilizar el 3D) y durante un par de semanas se convirtió de nuevo en un bombazo de taquilla. Ni su historia rancia ni sus efectos especiales noventeros consiguían evitar que todas las gafas de 3D se empañaran con las lágrimas que brotaban cuando empezaba a sonar “My Heart Will Go On”.

Ni a una industria del cine que no ve salida a su situación crítica, ni a un público cada vez más alejado de las salas de exhibición parecieron importarles que todo esto fuera un anacronismo. En los últimos meses, la subida del IVA ha obligado a las salas a elevar el precio de los tickets, lo que unido a la crisis económica ha llevado a que muchos incondicionales de la gran pantalla se lo piensen dos veces antes de pasar por taquilla. Y a pesar del cierre de Megaupload todavía se puede descargar de internet sin excesiva dificultad casi cualquier estreno. Por otro lado, desde hace años las incomprensibles políticas de distribución impuestas por los grandes estudios han dejado las carteleras de los multicines copadas por productos de calidad ínfima, mientras que cintas con mayor interés se estrenan directamente en DVD (si es que llegan a encontrar distribución en el mercado nacional). Y los cines pequeños, que deberían suponer una alternativa, esperan con miedo el momento en que queden definitivamente fuera del mercado ante la incapacidad de asumir los grandes costes que exige implantar la nueva tecnología digital.

Da igual que todo se hunda, nadie quiere que Titanic deje de exhibirse.

Apocalipsis 2012

El caballo de turín

En menos de una semana me he topado con dos trabajos actuales que representan el apocalipsis. No hablo de profecías agoreras ni mucho menos de la tontuna de los Mayas. Hablo de “El caballo de Turín”, la última película del húngaro Béla Tarr, y del directo del grupo Swans. Sigue leyendo