Spring Breakers y otros adolescentes en el lado salvaje

Pocas veces he tenido que dar tantas explicaciones en mi entorno por haber pagado por ver una película como Spring Breakers. La verdad es que no entiendo a qué viene tanto revuelo si yo no se las pedí a ninguno de los que pagó por ver Lincoln o Los Miserables. Pero vistas las encendidas reacciones en contra de la película, me queda clara la habilidad del director Harmony Korine para hacer películas que resultan incómodas a muchos espectadores de cine (y especialmente a gente que no ve sus películas). Y también que el tema de la adolescencia da pie a fuertes polémicas. Se trata una etapa de la vida fascinante, intensa, un momento de inocencia y experimentación, en el que los cuerpos están plenos de fuerzas pero los corazones llenos de inseguridades. Y el cine no siempre consigue tratar con acierto estos estallidos hormonales. La mayoría de las películas que retratan estas edades (tanto las que se dirigen de forma clara a un público adolescente como las que buscan una audiencia más adulta) suelen estar narradas desde el punto de vista condescendiente de los adultos y evitan ofrecer cualquier mensaje mínimamente elaborado que vaya más allá de las exaltaciones del valor de ser joven (esto es, ser guapo, heterosexual, monógamo y tener un futuro lleno de prosperidad) o de las visiones moralizantes que tratan de poner de relieve –generalmente desde una perspectiva sensacionalista- los peligros de echar a perder una vida antes de tiempo. Frente a todo esto, el cine sobre adolescentes que a mí me interesa es el que se adentra en ese mundo exclusivo en el que el futuro no existe y los adultos son un obstáculo para la felicidad. Podría citar decenas de películas sobre todo esto, pero me voy a quedar con cinco que me parecen útiles para poner en contexto a Spring Breakers.

Sigue leyendo