Música sobre músicos: Screaming Skull

Sonic Youth incluyeron esta canción en “Experimental Jet Set, Trash and No Star” (1994), un disco que se les suele olvidar a los que glosan los mejores trabajos de la banda aunque es uno de sus discos que más gozos me da. Era su tercer álbum para la multinacional Geffen Records, y cuando algunos creían ver que se acomodaban en su status de grupo afamado (aunque su sonido todavía era una descarga eléctrica indomable) parece que echan la vista atrás para recordar a SST Records, la mítica compañía punk con la que editaron “Evol” (1986) y “Sister” (1987).

En la letra mencionan a Pat Smear (guitarrista en los Germs, Nirvana o Foo Fighters, todo un superviviente) y a un gran supermercado. Según se cuenta, antes de volver a tocar en un gran grupo como Nirvana, Smear pasó varios años trabajando como dependiente en la tienda que SST tenía en Los Angeles. En la canción se menciona a Hüsker Dü, y también a Lemonheads y a Superchunk, aunque estos dos últimos nunca grabaron con SST. En la letra también hay alguien que comenta que va a pasarse por ahí para echar una ojeada. En fin, crípticos como de costumbre, lo único que Sonic Youth dejan claro es el apego que seguían sintiendo por la escena punk underground.

Getting Up: el grafiti metropolitano en Nueva York

Getting Up: hacerse ver

Pintaba en todos los lugares a donde iba. Todavía lo hago, pero no tanto. No lo haces por las chicas; no parece que se den cuenta. Lo haces por ti mismo. No vas detrás de que te hagan presidente, ni nada de eso”. (Taki, pág. 193)

Acabo de terminar este libro de Craig Castleman sobre el grafiti en Nueva York durante la década de los setenta del siglo pasado, y creo que merece la pena que le dedique un post, y así también aprovecho para cambiar de tema, que ya está bien de tanto hablar sobre música. Sigue leyendo

Música sobre músicos: DJ invitado

Desde que existen los djs (o lo que es casi lo mismo, desde que apareció el rock’n’roll) innumerables artistas han dedicado canciones a esa figura. Las más frecuentes serían las odas al rey de la fiesta al estilo del “Last Night a dj Saved My Life” de In Deep, el “God Is a dj” de Faithless, el “Music” de Madonna e incluso el “Aserejé” de las Ketchup.

En la dirección contraria estarían los artistas que muestran posturas más beligerantes como el reciente “Kill the dj” de Green Day (por cierto, vaya single más flojito se han marcado, ¿no?), el “DJ” que hicieron Dover unos pocos años antes de pasarse sin rubor a la electrónica más chabacana, e incluso los palos que le daba al pincha la protagonista del video de “Smack My Bitch Up” de Prodigy.

En la canción del donostiarra Giorgio Bassmatti el protagonista vendría a ser uno de esos sobre los que esta gente suele cargar sus iras. Esos djs amateur que llegan a poner música a pequeños pubs y encuentran con que dos de los tres canales de la mesa no funcionan, que el lector de cds es un poco analfabeto o que la etapa de potencia petó la noche anterior. Ese que se toma sus sesiones con más ganas que talento, como una misión evangelizadora a la que en el mejor de los casos el público nativo del pub responderá con extrañeza porque no entiende por qué hay que aguantar esa música tan rara en vez de su adorado “Mi realidad” de Lori Meyers, y si las cosas no se dan tan bien una legión de Morriseys tratará de lincharle mientras cantan

Burn down the disco
Hang the blessed dj
Because the music that they constantly play
It says nothing to me about my life

Bibliografía vintage: Ramones

Ramones

Cuando era un crío me gustaban Stooges, MC5 y todo eso, hasta que de repente dejó de interesarme la música. Ya nadie tocaba rock’n’roll. Entonces fue cuand ose me ocurrió que tenía que montar mi propia banda para tocar rock. Pero, actualmente, a nadie parece gustarle el rock’n’roll, no lo entiendo. Si le pregunas a un crío cuál es su grupo favorito, prosiblemente te responda que Bronski Beat. (…) Los críos de antes eran rebeldes, les iba el individualismo. Decían: “que se joda el sistema, que se joda la autoridad”; no querían saber nada de todo aquello. Los chavales antes se arriesgaban, se atrevían con todo, especialmente en los años 60. Creo que los 60 revolucionaron mi modo de vida. No puedo entender cómo los de ahora aceptan las cosas, especialmente la música. Supongo que no saben más. No creo que culture Club o Duran Duran puedan ser modelos a seguir para los adolescentes de hoy en día. A lo único que te motivan es a salir y comprarte un secador de pelo o un sintetizador”. (Dee Dee Ramone, págs. 102-103)

Mientras buscaba documentación para el post sobre la colección Rock/pop Ediciones Cátedra cayó en mis manos el volumen dedicado a los Ramones, y ya que estamos con el tema de los libros de música viejos y me gusta el grupo aprovecho a dedicarle un post exclusivo.
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La mujer que compró el mundo

Yo, Cayetana

Hace unos meses Espasa publicó “Yo, Cayetana”, biografía de Cayetana Fitz-James Stuart, la actual Duquesa de Alba. Lo cierto es que no le había prestado especial atención hasta que me topé con él esta mañana en la librería más cercana a mi casa y me he dado cuenta del más que evidente parecido que existe entre la ilustración de esta portada y la de la cubierta de “The Man Who Sold the World” de David Bowie, que años más tarde se haría llamar el Duque Blanco. ¿Inquietante?

The Man Who Sold the World

Colección rock/pop Cátedra

Queen

Junto a La Máscara, la otra gran editora de libros sobre música popular durante la década de los noventa en España fue Cátedra, que a muchos les sonará por las ediciones de “El Cantar del Mío Cid” o las “Leyendas” de Bécquer que solían mandar leer en el instituto. Pues esta misma contó durante la década de los noventa con una colección dedicada a la música popular.

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Música sobre música: Grant Hart, por The Posies

The Posies publicaron en 1996 “Amazing Disgrace” el cuarto album de su carrera. El décimo corte incluía la canción “Grant Hart”, dedicada al batería y vocalista de Hüsker Dü.

No voy a entrar en demasiados detalles sobre Hüsker Dü, que para eso les dediqué otro post la semana pasada. Pero sí que me parece interesante comentar cómo la canción refleja la gratitud que John Auer y Ken Stringfellow muestran hacia una banda que fue uno de los grandes revulsivos para toda una generación que gracias a ellos descubrieron una nueva forma de hacer y vivir el rock.
En el año 1996 triunfaba en todo el mundo lo que en España se llamó hardcore melódico (y que en Estados Unidos seguía siendo punk a secas), una generación de bandas para las que Hüsker Dü habría sido una de sus máximas fuentes de inspiración; de hecho, Green Day, el grupo con mayor éxito de esa quinta, llegaron a versionear “Don’t Wanna Know if You Are Lonely de los de Boston. Los Posies recuerdan en “Grant Hart” que todos ellos tienen una gran deuda con Hüsker Dü.

Nervous children making millions, you owe it all to them
Power trios with big-ass deals, you opened for it then

Autobiografías del rock

Biografías

He leído esta mañana en la sección de cultura de El País “El rock hace memoria… y caja”, un artículo en el que Diego A. Manrique comenta la avalancha de autobiografías de estrellas de rock que se ha anunciado que se van a publicar en los próximos meses. Y como este blog trata de este tipo de cosas voy a comentar un par de ideas que se me ocurren sobre este asunto. Sigue leyendo

Discos de verano: Hüsker Dü – New Day Rising

New Day Rising

Para muchos de mi generación (no sabría decir si también para los de otras generaciones) el hardcore punk viene asociado a la imagen de adolescentes en bermudas bajo el sol. Supongo que esta idea provenga de la eclosión de grupos de hardcore melódico de los noventa, cuyo foco más potente estuvo en California. Y el que ya existiera una sólida tradición punk en la costa oeste desde la década anterior supongo que también haya tenido algo que ver. El caso es que buena parte del hardcore norteamericano ha nacido en lugares bastante alejados del tópico playero, y Hüsker Dü sería uno de ellos. Venían de Boston, ciudad al norte de la costa Este con un clima mucho más gris que el de California. Su música (esa batería spídica, ese molesto zumbido de guitarras que parecen sierras mecánicas que cortan chapas de aluminio) es más agresiva y a la vez más reflexiva que la propuesta festiva y colorista a la que se suele asociar el estereotipo de las bandas de la costa del pacífico. Sigue leyendo