Teenage Riot: el ‘hall of fame’ de Sonic Youth

    Me da miedo la gente que no tiene sentido histórico”. Kim Gordon.

Hay muchos motivos para considerar a Sonic Youth una banda imprescindible. Uno es su habilidad para ejercer de comisarios artísticos (o como se pueda traducir al castellano el concepto de curator: la persona encargada de elaborar y dar sentido a una exposición): en incontables ocasiones su música (y sus portadas, e incluso sus videoclips) ha servido de medio para rendir un homenaje explícito, dar a conocer y revalorizar el legado de aquello que les ha llevado al modo que tienen de comprender el arte, el mundo y la vida.

Hace unas semanas ya comenté el el homenaje que “Screamnig Skull” rendía a la escena del rock underground de finales de los ochenta. El video de “Teenage Riot” -la canción que abría “Daydream Nation” (1988)- ampliaría el campo de personalidades a las que quieren rendir tributo. Simon Reynolds lo presenta así en Retromania.

    “El video de ‘Teenage Riot’ fue un collage a partir de fragmentos de un video anterior que finalmente abortaron; se trata de un montaje casero de Sonic Youth haciendo bobadas durante una gira y unos clips ultrabreves de su colección, que configuran un caleidoscopio que une a la banda con su panteón: Patti Smith, Mark E. Smith, Henry Rollins de Black Flag, Sun Ra, Iggy Pop, Blixa Bargeld, Tom Waits y, lo más bizarro, Susanna Hoffs de The Bangles”.

¿A cuántos más sois capaces de reconocer?

Palmarés In Edit 2012

Searching for Sugar Man

El pasado domingo terminó la edición 2012 del festival In Edit Beefeater, que deja como gran triunfadora a ‘Searching for Sugar Man’, el documental sobre la carrera del olvidado Sixto Rodríguez que se ha llevado el Premio al Mejor Documental Musical Internacional y el Premio Beefeater (otorgado por el público). El palmarés se completa con ‘A Film About Kids and Music. Sant Andreu Jazz Band’, que ha conseguido el Premio al Mejor Documental Musical Nacional, y la mención especial del jurado para ‘Don’t Follow Me (I’m Lost). A Film About Boby Bare Jr.’ Sigue leyendo

Una de fantasmas: hauntology

Aprovechando estas fechas tan señaladas toca hablar sobre la así llamada hauntology, el único tipo de música que se me ocurre cuya etiqueta hace referencia a los fantasmas (el término viene del inglés haunt, que significa encantar o hechizar). No tengo noticia de que haya un vocablo castellano para referirse a este concepto, así que mantengo el original inglés. Sigue leyendo

El festival In Edit de Barcelona, desde casa

Beefeater In edit

Mañana 25 de noviembre arranca la décima edición del Beefeater In Edit, el Festival Internacional de Cine Documental Musical de Barcelona. Salvo milagro de última hora no creo que me vaya a acercar por ahí, así que me perderé los conciertos programados dentro del festival, además de todos esos rollos de la alfombra roja, las azafatas, las farras después de las proyecciones y todas esas cosas tan glamourosas. En cualquier caso, hay unas cuantas cosas de provecho que se pueden sacar del festival desde la distancia. Y ya que es un festi especializado en un género tan minoritario supongo que la cobertura que se le dará en los medios generalistas será reducida, así que me hago eco aquí de la convocatoria. Sigue leyendo

‘Last Days Here’, el documental sobre Robert Liebling de Pentagram

En los últimos días me ha llegado desde varios frentes el enlace para ver en versión original subtitulada “Last Days Here”, el documental dirigido por Don Argott y Demian Fenton sobre Bobby Liebling, cantante de Pentagram. Este documental no ha tenido un estreno oficial en España, así que no tengo muy claro cómo ha llegado a youtube ni si terminarán borrándolo como los archivos de Kigonjiro. En cualquier caso, me parece un documento tremendamente recomendable. Sigue leyendo

Adiós a Kigonjiro…

Gilipolladas de Kigonjiro

Llevaba días pensando en escribir sobre Gilipolladas de Kigonjiro cuando de pronto me encuentro con el cierre de este blog, así que esta reseña se va a convertir en una especie de nota necrológica. Para los que no lo conocíais, se trataba de un blog de descargas de archivos centrado en vídeos musicales, y más concretamente en conciertos y documentales. La mayoría de ellos eran materiales ripeados de cadenas de televisión extranjeras (había bastantes videos del mítico Rockpalast de la tv alemana, directos de canales de la tv norteamericana y documentales de la BBC británica) o rescates de viejos programas de TVE (como fragmentos del programa La Edad de Oro que aun no han sido editados en dvd). La calidad, tanto por la selección de temas y artistas como por el nivel de los propios videos, solía ser excelente. Para muchos –entre los que se encuentra el que suscribe estas líneas- el rincón de Kigonjiro se había vuelto un blog de referencia. Sigue leyendo

La nostalgia del aburrimiento

Hace un rato sentí una extraña punzada de nostalgia por el aburrimiento, esa especie de vacío absoluto tan familiar cuando era adolescente, o universitario, o solicitante del subsidio por desempleo con veintipocos años. Esos grandes pozos que vaciaban el tiempo sin que absolutamente nada pudiera llenarlos terminaban por llevarme a una sensación de tedio tan intenso que llegaba a ser casi espiritual. Esto era en la era pre-digital (antes de los CD’s, los ordenadores personales, mucho antes de internet), cuando en el Reino Unido existían solo tres o cuatro canales de televisión y en la mayoría no había nada que quisieras ver; solo un par de emisoras de radio más o menos tolerables; ninguna tienda donde comprar videos ni DVD’s; sin email, sin blogs, sin webzines, sin social media. Para aliviar el aburrimiento dependías de libros, revistas, discos, y todos estaban limitados a lo que pudieras gastar. También podías recurrir a hacer diabluras, o a las drogas, o a la creatividad. Era una economía cultural de escasez y demora. Como fan de la música, esperabas a que las cosas fueran publicadas o emitidas. Un álbum, los nuevos números de los semanarios musicales, el programa de John Peel a las diez en punto, Top of the Pops los jueves. Había largos vacíos que avivaban la espera, y si llegado el momento se daba el caso de que te perdías el programa, el show de Peel o el concierto, este se había ido para siempre.

El aburrimiento es diferente hoy. Consiste en supersaturación, distracción, falta de descanso. A menudo estoy aburrido pero no por falta de opciones: tengo un millar de canales de televisión, la abundancia de Netflix, incontables emisoras de radio en la red, innumerables discos por escuchar, DVD’s por ver y libros por leer, la especie de laberinto que es el anarco-archivo de Youtube. El aburrimiento de hoy no está hambriento, no es una respuesta a la privación; es una pérdida de apetito cultural en respuesta al exceso de llamadas a que prestes tu atención y tu tiempo.

Retromania. Simon Reynolds.

Estos párrafos que acabo de traducir aparecen en “Retromania: Pop Culture’s Addiction to Its Own Past”, un más que interesante libro que estoy leyendo estos días y del que seguramente escriba una reseña más extensa dentro de un par de semanas.

El texto habla por sí mismo. Todo va demasiado rápido y la oferta de información es excesiva. Me asusta pensar que vivo en un mundo en el que los minutos que me ha llevado traducir estas líneas son tiempo derrochado, durante el que me he permitido el lujo de dejar de escuchar dos o tres canciones. Que estos párrafos contienen más palabras y más información que la que ni google ni ningún internauta están dispuestos a asimilar. Y que yo mismo he de postear estos dos párrafos si quiero estar seguro de que dentro de siete días los voy a recordar como algo diferente de los otros miles de párrafos que leeré a lo largo de esta semana.

Bibliografía vintage: recopilaciones de letras de canciones.

The Velvet Underground en Ediciones Celeste
The Velvet Underground en Ediciones Celeste en Ediciones Celeste

Vuelvo a la literatura musical publicada en España hace lustros, y esta vez para hablar sobre la dedicada a reproducir letras de canciones. Y más en concreto sobre las que se publicaron durante la década de los noventa, que son las que mejor he conocido. Sigue leyendo

Música sobre músicos: Screaming Skull

Sonic Youth incluyeron esta canción en “Experimental Jet Set, Trash and No Star” (1994), un disco que se les suele olvidar a los que glosan los mejores trabajos de la banda aunque es uno de sus discos que más gozos me da. Era su tercer álbum para la multinacional Geffen Records, y cuando algunos creían ver que se acomodaban en su status de grupo afamado (aunque su sonido todavía era una descarga eléctrica indomable) parece que echan la vista atrás para recordar a SST Records, la mítica compañía punk con la que editaron “Evol” (1986) y “Sister” (1987).

En la letra mencionan a Pat Smear (guitarrista en los Germs, Nirvana o Foo Fighters, todo un superviviente) y a un gran supermercado. Según se cuenta, antes de volver a tocar en un gran grupo como Nirvana, Smear pasó varios años trabajando como dependiente en la tienda que SST tenía en Los Angeles. En la canción se menciona a Hüsker Dü, y también a Lemonheads y a Superchunk, aunque estos dos últimos nunca grabaron con SST. En la letra también hay alguien que comenta que va a pasarse por ahí para echar una ojeada. En fin, crípticos como de costumbre, lo único que Sonic Youth dejan claro es el apego que seguían sintiendo por la escena punk underground.

Música sobre músicos: DJ invitado

Desde que existen los djs (o lo que es casi lo mismo, desde que apareció el rock’n’roll) innumerables artistas han dedicado canciones a esa figura. Las más frecuentes serían las odas al rey de la fiesta al estilo del “Last Night a dj Saved My Life” de In Deep, el “God Is a dj” de Faithless, el “Music” de Madonna e incluso el “Aserejé” de las Ketchup.

En la dirección contraria estarían los artistas que muestran posturas más beligerantes como el reciente “Kill the dj” de Green Day (por cierto, vaya single más flojito se han marcado, ¿no?), el “DJ” que hicieron Dover unos pocos años antes de pasarse sin rubor a la electrónica más chabacana, e incluso los palos que le daba al pincha la protagonista del video de “Smack My Bitch Up” de Prodigy.

En la canción del donostiarra Giorgio Bassmatti el protagonista vendría a ser uno de esos sobre los que esta gente suele cargar sus iras. Esos djs amateur que llegan a poner música a pequeños pubs y encuentran con que dos de los tres canales de la mesa no funcionan, que el lector de cds es un poco analfabeto o que la etapa de potencia petó la noche anterior. Ese que se toma sus sesiones con más ganas que talento, como una misión evangelizadora a la que en el mejor de los casos el público nativo del pub responderá con extrañeza porque no entiende por qué hay que aguantar esa música tan rara en vez de su adorado “Mi realidad” de Lori Meyers, y si las cosas no se dan tan bien una legión de Morriseys tratará de lincharle mientras cantan

Burn down the disco
Hang the blessed dj
Because the music that they constantly play
It says nothing to me about my life