El festival In Edit de Barcelona, desde casa

Beefeater In edit

Mañana 25 de noviembre arranca la décima edición del Beefeater In Edit, el Festival Internacional de Cine Documental Musical de Barcelona. Salvo milagro de última hora no creo que me vaya a acercar por ahí, así que me perderé los conciertos programados dentro del festival, además de todos esos rollos de la alfombra roja, las azafatas, las farras después de las proyecciones y todas esas cosas tan glamourosas. En cualquier caso, hay unas cuantas cosas de provecho que se pueden sacar del festival desde la distancia. Y ya que es un festi especializado en un género tan minoritario supongo que la cobertura que se le dará en los medios generalistas será reducida, así que me hago eco aquí de la convocatoria. Sigue leyendo

‘Last Days Here’, el documental sobre Robert Liebling de Pentagram

En los últimos días me ha llegado desde varios frentes el enlace para ver en versión original subtitulada “Last Days Here”, el documental dirigido por Don Argott y Demian Fenton sobre Bobby Liebling, cantante de Pentagram. Este documental no ha tenido un estreno oficial en España, así que no tengo muy claro cómo ha llegado a youtube ni si terminarán borrándolo como los archivos de Kigonjiro. En cualquier caso, me parece un documento tremendamente recomendable. Sigue leyendo

Adiós a Kigonjiro…

Gilipolladas de Kigonjiro

Llevaba días pensando en escribir sobre Gilipolladas de Kigonjiro cuando de pronto me encuentro con el cierre de este blog, así que esta reseña se va a convertir en una especie de nota necrológica. Para los que no lo conocíais, se trataba de un blog de descargas de archivos centrado en vídeos musicales, y más concretamente en conciertos y documentales. La mayoría de ellos eran materiales ripeados de cadenas de televisión extranjeras (había bastantes videos del mítico Rockpalast de la tv alemana, directos de canales de la tv norteamericana y documentales de la BBC británica) o rescates de viejos programas de TVE (como fragmentos del programa La Edad de Oro que aun no han sido editados en dvd). La calidad, tanto por la selección de temas y artistas como por el nivel de los propios videos, solía ser excelente. Para muchos –entre los que se encuentra el que suscribe estas líneas- el rincón de Kigonjiro se había vuelto un blog de referencia. Sigue leyendo

La nostalgia del aburrimiento

Hace un rato sentí una extraña punzada de nostalgia por el aburrimiento, esa especie de vacío absoluto tan familiar cuando era adolescente, o universitario, o solicitante del subsidio por desempleo con veintipocos años. Esos grandes pozos que vaciaban el tiempo sin que absolutamente nada pudiera llenarlos terminaban por llevarme a una sensación de tedio tan intenso que llegaba a ser casi espiritual. Esto era en la era pre-digital (antes de los CD’s, los ordenadores personales, mucho antes de internet), cuando en el Reino Unido existían solo tres o cuatro canales de televisión y en la mayoría no había nada que quisieras ver; solo un par de emisoras de radio más o menos tolerables; ninguna tienda donde comprar videos ni DVD’s; sin email, sin blogs, sin webzines, sin social media. Para aliviar el aburrimiento dependías de libros, revistas, discos, y todos estaban limitados a lo que pudieras gastar. También podías recurrir a hacer diabluras, o a las drogas, o a la creatividad. Era una economía cultural de escasez y demora. Como fan de la música, esperabas a que las cosas fueran publicadas o emitidas. Un álbum, los nuevos números de los semanarios musicales, el programa de John Peel a las diez en punto, Top of the Pops los jueves. Había largos vacíos que avivaban la espera, y si llegado el momento se daba el caso de que te perdías el programa, el show de Peel o el concierto, este se había ido para siempre.

El aburrimiento es diferente hoy. Consiste en supersaturación, distracción, falta de descanso. A menudo estoy aburrido pero no por falta de opciones: tengo un millar de canales de televisión, la abundancia de Netflix, incontables emisoras de radio en la red, innumerables discos por escuchar, DVD’s por ver y libros por leer, la especie de laberinto que es el anarco-archivo de Youtube. El aburrimiento de hoy no está hambriento, no es una respuesta a la privación; es una pérdida de apetito cultural en respuesta al exceso de llamadas a que prestes tu atención y tu tiempo.

Retromania. Simon Reynolds.

Estos párrafos que acabo de traducir aparecen en “Retromania: Pop Culture’s Addiction to Its Own Past”, un más que interesante libro que estoy leyendo estos días y del que seguramente escriba una reseña más extensa dentro de un par de semanas.

El texto habla por sí mismo. Todo va demasiado rápido y la oferta de información es excesiva. Me asusta pensar que vivo en un mundo en el que los minutos que me ha llevado traducir estas líneas son tiempo derrochado, durante el que me he permitido el lujo de dejar de escuchar dos o tres canciones. Que estos párrafos contienen más palabras y más información que la que ni google ni ningún internauta están dispuestos a asimilar. Y que yo mismo he de postear estos dos párrafos si quiero estar seguro de que dentro de siete días los voy a recordar como algo diferente de los otros miles de párrafos que leeré a lo largo de esta semana.

Bibliografía vintage: recopilaciones de letras de canciones.

The Velvet Underground en Ediciones Celeste
The Velvet Underground en Ediciones Celeste en Ediciones Celeste

Vuelvo a la literatura musical publicada en España hace lustros, y esta vez para hablar sobre la dedicada a reproducir letras de canciones. Y más en concreto sobre las que se publicaron durante la década de los noventa, que son las que mejor he conocido. Sigue leyendo

Música sobre músicos: Screaming Skull

Sonic Youth incluyeron esta canción en “Experimental Jet Set, Trash and No Star” (1994), un disco que se les suele olvidar a los que glosan los mejores trabajos de la banda aunque es uno de sus discos que más gozos me da. Era su tercer álbum para la multinacional Geffen Records, y cuando algunos creían ver que se acomodaban en su status de grupo afamado (aunque su sonido todavía era una descarga eléctrica indomable) parece que echan la vista atrás para recordar a SST Records, la mítica compañía punk con la que editaron “Evol” (1986) y “Sister” (1987).

En la letra mencionan a Pat Smear (guitarrista en los Germs, Nirvana o Foo Fighters, todo un superviviente) y a un gran supermercado. Según se cuenta, antes de volver a tocar en un gran grupo como Nirvana, Smear pasó varios años trabajando como dependiente en la tienda que SST tenía en Los Angeles. En la canción se menciona a Hüsker Dü, y también a Lemonheads y a Superchunk, aunque estos dos últimos nunca grabaron con SST. En la letra también hay alguien que comenta que va a pasarse por ahí para echar una ojeada. En fin, crípticos como de costumbre, lo único que Sonic Youth dejan claro es el apego que seguían sintiendo por la escena punk underground.

Música sobre músicos: DJ invitado

Desde que existen los djs (o lo que es casi lo mismo, desde que apareció el rock’n’roll) innumerables artistas han dedicado canciones a esa figura. Las más frecuentes serían las odas al rey de la fiesta al estilo del “Last Night a dj Saved My Life” de In Deep, el “God Is a dj” de Faithless, el “Music” de Madonna e incluso el “Aserejé” de las Ketchup.

En la dirección contraria estarían los artistas que muestran posturas más beligerantes como el reciente “Kill the dj” de Green Day (por cierto, vaya single más flojito se han marcado, ¿no?), el “DJ” que hicieron Dover unos pocos años antes de pasarse sin rubor a la electrónica más chabacana, e incluso los palos que le daba al pincha la protagonista del video de “Smack My Bitch Up” de Prodigy.

En la canción del donostiarra Giorgio Bassmatti el protagonista vendría a ser uno de esos sobre los que esta gente suele cargar sus iras. Esos djs amateur que llegan a poner música a pequeños pubs y encuentran con que dos de los tres canales de la mesa no funcionan, que el lector de cds es un poco analfabeto o que la etapa de potencia petó la noche anterior. Ese que se toma sus sesiones con más ganas que talento, como una misión evangelizadora a la que en el mejor de los casos el público nativo del pub responderá con extrañeza porque no entiende por qué hay que aguantar esa música tan rara en vez de su adorado “Mi realidad” de Lori Meyers, y si las cosas no se dan tan bien una legión de Morriseys tratará de lincharle mientras cantan

Burn down the disco
Hang the blessed dj
Because the music that they constantly play
It says nothing to me about my life

Bibliografía vintage: Ramones

Ramones

Cuando era un crío me gustaban Stooges, MC5 y todo eso, hasta que de repente dejó de interesarme la música. Ya nadie tocaba rock’n’roll. Entonces fue cuand ose me ocurrió que tenía que montar mi propia banda para tocar rock. Pero, actualmente, a nadie parece gustarle el rock’n’roll, no lo entiendo. Si le pregunas a un crío cuál es su grupo favorito, prosiblemente te responda que Bronski Beat. (…) Los críos de antes eran rebeldes, les iba el individualismo. Decían: “que se joda el sistema, que se joda la autoridad”; no querían saber nada de todo aquello. Los chavales antes se arriesgaban, se atrevían con todo, especialmente en los años 60. Creo que los 60 revolucionaron mi modo de vida. No puedo entender cómo los de ahora aceptan las cosas, especialmente la música. Supongo que no saben más. No creo que culture Club o Duran Duran puedan ser modelos a seguir para los adolescentes de hoy en día. A lo único que te motivan es a salir y comprarte un secador de pelo o un sintetizador”. (Dee Dee Ramone, págs. 102-103)

Mientras buscaba documentación para el post sobre la colección Rock/pop Ediciones Cátedra cayó en mis manos el volumen dedicado a los Ramones, y ya que estamos con el tema de los libros de música viejos y me gusta el grupo aprovecho a dedicarle un post exclusivo.
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La mujer que compró el mundo

Yo, Cayetana

Hace unos meses Espasa publicó “Yo, Cayetana”, biografía de Cayetana Fitz-James Stuart, la actual Duquesa de Alba. Lo cierto es que no le había prestado especial atención hasta que me topé con él esta mañana en la librería más cercana a mi casa y me he dado cuenta del más que evidente parecido que existe entre la ilustración de esta portada y la de la cubierta de “The Man Who Sold the World” de David Bowie, que años más tarde se haría llamar el Duque Blanco. ¿Inquietante?

The Man Who Sold the World

Colección rock/pop Cátedra

Queen

Junto a La Máscara, la otra gran editora de libros sobre música popular durante la década de los noventa en España fue Cátedra, que a muchos les sonará por las ediciones de “El Cantar del Mío Cid” o las “Leyendas” de Bécquer que solían mandar leer en el instituto. Pues esta misma contó durante la década de los noventa con una colección dedicada a la música popular.

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