Lecturas de verano (con el pepino en la mano)

No he podido estar muy pendiente del blog este verano, y por desgracia no ha sido por exceso de vacaciones ni de playa ni de fiestas. Espero que no se haya notado mucho que incluso la página estuvo caída durante unos días por problemas técnicos. En cualquier caso, he podido aprovechar el tiempo viendo muchas películas malas, escuchando mucha música grabada y, lo que ocupa este post, me ha dado tiempo a leer algunos libros interesantes (y otros que no me han gustado, pero de los que no voy a hablar de momento). Así que voy a dedicar unas líneas a “El diablo a todas horas”, “Dura la lluvia que cae”, “Crónicas quinquis” e “Ilustrando el underground”. Sigue leyendo

Santos el Suave en el día del trabajo

Los Claveles

Cuando el número de desempleados supera los seis millones de individuos y esa cifra supone el 27% de la población en condiciones de trabajar, el significado del Día del Trabajo, al igual que el de los sindicatos y el concepto mismo de lucha obrera, empieza tornarse bastante confuso. Porque dentro de esa abultadísimo grupo empieza a ser demasiado frecuentre encontrar parados de larga duración, gente que ve cómo se aleja en el recuerdo la última vez que realizó una actividad remunerada. Gente que a medida que pierde la esperanza de encontrar un nuevo trabajo también ve cómo se le olvida seguir el tipo de hábitos (madrugar, acudir a un centro de trabajo en el que relacionarse con otros semejantes, salir de casa para gastar el dinero que se gana en un trabajo…) que hacen que la sociedad bienpensante considere a alguien un español de bien. Gente a la que le resulta difícil recordar lo que quieren decir términos como explotación laboral o trabajo precario, porque ya ni se acuerdan de cuándo fue la última vez que lo vivieron en sus carnes. Y “Santos el suave” de Los Claveles habla sobre ese tipo de vida improductiva y sin sentido.

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Cruzando el Puente: los sonidos de Estambul

Con el auge de los documentales musicales de los últimos años han proliferado aquellos con una estructura más literaria, es decir, los que dan prioridad a en contar historias sobre músicos más que a retratar la música en sí. Son cada vez más numerosos aquellos que hacen especial hincapié en argumentos sobre superación personal, de caída y redención, o que simplemente tratan de mostrar el lado humano de cualquier artista con el ego henchido: eso a lo que se le suele calificar de historias universales que, potenciadas por el componente freak que suele ir adherido a la figura del músico, terminan por ser atractivas para públicos poco o nada interesados por la música. Un gran documental que se aparta de ese estereotipo sería “Crossing the Bridge: The sound of Istanbul”. Sigue leyendo