El resultado en taquilla de “Open Windows”, el tercer largometraje dirigido por Nacho Vigalondo, no está siendo lo que Omar Souleyman calificaría como bueno bueno. La película se estrenó en salas comerciales el pasado 4 de julio, y desde entonces la respuesta del público ha sido objetivamente pobre. En el primer fin de semana recaudó 118.000€, con lo que ni siquiera entró entre las diez películas más taquilleras en una momento de por sí bastante flojo. Y en su segunda semana (el finde pasado) ni siquiera entró en la tabla de las más vistas. ¿Significa esto que se trata de una mala película? En absoluto. A pesar de que cuenta con un guión a ratos caótico y una puesta en escena demasiado cerrada, no deja de tener un buen puñado de cosas que me han encantado: un arranque glorioso, ratos de mucha risa, momentos en los que el director se muestra brillante y una serie de reflexiones interesantes. Ah, y suena el “Ghost Rider” de Suicide. Lo que ocurre es que este tipo de virtudes no tienen por qué ser suficientes para meter a mucha gente en las salas. Sigue leyendo
Crónica de un fracaso comercial (mal anunciado)
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