Durante unos años, la proliferación de blogs, webzines y medios digitales en general coincidió con la temporada de vacas gordas en la música en directo, lo que ayudó a que prácticamente cualquier persona pudiera conseguir un pase de prensa para cualquier concierto. Los promotores estaban dispuestos a contentar a la mayor cantidad de gente que pudieran, y muchos empezaron a solicitar las acreditaciones no como un medio de trabajo sino como un atajo para conseguir un pase VIP. En medios no especializados los pases de prensa para eventos gordos empezaron a ser un premio para empleados que caían bien cuando no había invitaciones formales suficientes para todos. Había quien conseguía pases en nombre de medios que ni siquiera existían. Muchos que ni eran periodistas ni tenían vocación de informar pudieron entrar gratis a todas partes, y también muchos informadores serios terminaron por olvidar cuál era el mínimo que se les debía exigir en su trabajo. Muchos estaban acreditados por encima de sus posibilidades.
Pero llegó la época de vacas flacas, la venta de entradas cayó y las promotoras recortaron de forma drástica el número de personas que podían entrar a un evento sin pasar antes por caja. Así que el que a día de hoy pretenda conseguir una acreditación deberá realizar un mínimo esfuerzo, ya que el oficio del periodista musical se ha visto muy devaluado. Tras varias jornadas de intensa reflexión el Oráculo de Perogrullo me ha revelado una serie de consejos que ayudarán al que quiera ganar puntos a los ojos del que le va a acreditar. Sigue leyendo