
Aunque la mayoría de usuarios de internet ya no recuerde que existe, Last.fm sigue funcionando. A su manera, un poco ajena al ritmo al que evolucionan internet, los gustos de los consumidores y el propio mercado de la música. Parece un anacronimsmo, casi como Fotolog o MySpace. Aun así, hay unos cuantos detalles por los que sigo siendo fan de esta mezcla de reproductor de música y red social. Aunque a veces sea un dolor. Por desgracia, demasiadas veces. Sigue leyendo


