A lo largo de la historia del rock algunos músicos se han lanzado a reverenciar a sus artistas de cabecera, regrabando alguno de sus álbumes al completo. Esto requiere una implicación y un compromiso notablemente mayor que aquel que graba una versión de una única canción. ¿Ejemplos? Unos de los primeros en hacerlo fueron Pussy Galore, que allá por 1986 destrozaron tema por tema el “Exhile on Main St.” de los Rolling Stones. Beck, el tipo con una de las trayectorias menos convencionales que recuerdo, presentó hace un par de temporadas una serie de versiones propias de álbumes que iban desde el debut de The Velvet Underground hasta el “Kicks” de INXS. Mención aparte merecen Laibach, versioneadores compulsivos que recrearon en 1988 “Let it Be” de The Beatles, además de haber publicado albumes dedicados exclusivamente a versiones de canciones de corte marcial (“NATO”) o de himnos nacionales (“Volk”). Sigue leyendo
Música sobre música: Dirty Projectors y Black Flag
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