La letanía que este verano sirve de motor de los muros de las redes sociales está compuesta por mensajes de odio contra Pokémon Go y contra sus jugadores. Qué queréis que os diga: el universo Pokémon siempre me ha resultado fascinante, y en concreto este Pokémon Go me parece un videojuego revolucionario a muchos niveles. Incluso a nivel de interacción entre jugadores no recuerdo otro juego que les pusiera en contacto de manera tan directa y fluida desde que desaparecieron los salones recreativos. Así que no entiendo esas críticas lanzadas a discreción más que como una reacción irracional por parte de alguien que siente inseguridad ante las cosas que no entiende, y/o se siente molesta de que a su alrededor otras personas disfruten de un gozo sano sin antes pedirles permiso.
El caso es que estos días encuentro varias modas bastante más tristes y perniciosas que Pokémon Go pero que en mi entorno gozan de un éxito igual o mayor. Así que mientras escucho el himno Pokémon del gran Giorgio Basmatti, voy a hacer un repaso de ellas.