Doppelganger: un viaje al mundo del espejo, de Naomi Klein

Hace unos años, Naomi Klein se percató de que muchos de sus seguidores habían empezado a cargar contra ella en redes sociales. La acusaban de defender posturas antivacunas, conspiranoicas o de extrema derecha, pero ella no entendía en qué momento se había manifestado públicamente en este sentido. En realidad, tal y como descubrió más adelante, la estaban confundiendo con Naomi Wolf, una socióloga, divulgadora y activista norteamericana que en los años anteriores había virado desde posiciones del llamado feminismo liberal hasta abrazar los postulados de la llamada alt right y los negacionistas del COVID.

A partir de esta confusión, Naomi Klein ha compuesto “Doppelganger” (2023, Ediciones Paidós), un ensayo en el que reflexiona sobre la proliferación de divulgadores de desinformación y la manera en que cualquier persona se desenvuelve en las relaciones sociales y especialmente en las controversias políticas con sus semejantes y con los diferentes. Que, justamente, esto es lo que define la confusa frontera que separa a un activista comprometido políticamente de un puro intoxicador. Como apunta Klein en el prólogo, en este libro intenta “descifrar el caos de la cultura Doppelganger y su laberinto de identidades simuladas y avatares digitales y vigilancia masiva y proyecciones raciales y étnicas y dobles fascistas y las sombras meticulosamente negadas que están saliendo todas juntas a la luz.” Es decir, que ha tratado de perfilar la naturaleza de este fenómeno porque es imposible plantear una estrategia de resistencia si no se entiende en qué consiste la amenaza.  

Y ahora voy a aprovechar este post para comentar un poco el libro.



Para qué andar con rodeos: el primer tercio del ensayo me resultó bastante aburrido. A lo largo de esas  páginas Klein relata cómo descubrió al personaje de Wolf, y cómo el tono conspiranoico de la segunda Naomi se fue acentuando al mismo ritmo que crecía su popularidad y su capacidad de influencia.

Uno de los aspectos que me fascinaron en los viejos textos de Klein, como “No Logo” (2000) o “La Doctrina del Shock” (2007), era que aportaba torrentes de información inédita, a menudo fruto de investigaciones de campo realizadas por la propia autora, que conducían al lector a reflexionar desde perspectivas inéditas. Sin embargo, las páginas de “Doppelganger” están repletas de notas sobre las intervenciones públicas de los equivalentes norteamericanos de Jiménez Losantos, César Vidal, Alvise Pérez o Javier Negre. Es decir, personajes que desarrollan su actividad delante de audiencias masivas, cuya evolución le resultará famliar a cualquiera que haya seguido medios de comunicación generalistas o haya participado en redes sociales digitales en los últimos años.

En cualquier caso, esta parte del libro le sirve a Klein para introducir temas con más enjundia. Porque el meollo del ensayo, lo que vertebra sus páginas, es el propio concepto del Doppelgänger, la figura literaria del gemelo oculto o el hermano malvado. Así, la autora hace un repaso a distintas maneras en que se ha manifestado en el imaginario popular, a través de cuentos populares, novelas, películas… En estas obras es frecuente que el doble funcione como un espejo que devuelve una imagen alterada del personaje principal: a veces cómica, a veces entrañable, a veces grotesca; pero, por norma general, se trata de un reflejo de los miedos o los odios que anidan en lo más profundo del corazón humano.

Klein reconoce muchos de esos rasgos en su vínculo con Wolf. Por un lado, esto le lleva a planetearse cuánto de esa Naomi Siniestra se encuentra dentro de sí misma. Y para ello va revisando su propia trayectoria como activista y como divulgadora, mientras reflexiona sobre ocasiones en que sus acciones políticas han tenido efectos opuestos a lo que ella pretendía, a pesar de haberlas llevado a cabo con las mejores intenciones.
Por otro lado, Klein compara la relación que mantienen con sus respectivas némesis otros colectivos por los que ella siente alguna afinidad: anticapitalistas de la izquierda tradicional frente a anarcocapitalistas, judíos frente a  palestinos, israelíes frente a la memoria del exterminio a manos de los nazis, movimientos antirracistas frente a otros movimientos identitarios de extrema derecha… Y se da cuenta de que en todos estos doppelgangers se repiten ciertas pautas ideológicas: la deslegitimación de la idea de comunidad, de convivencia, de sociedad como núcleo cohesionado; el individualismo radical, la desconfianza hacia los semejantes, el rechazo a cualquier manera de cooperación, el miedo constante hacia el diferente; recelos hacia modelos de sociedad más igualitarios, solidarios y comprometidos con la idea de la justicia social; defensa de posiciones más autoritarias y violentas…


En definitiva, en este de ensayo no hay nada parecido a un listado de profesionales de la desinformación, de voceros de la ultraderecha o de los más delirantes conspiracionistas. Ni siquiera un inventario de los medios de los que estos intoxicadores se valen para aumentar de manera artificial la difusión de su mensaje. Al fin y al cabo, ya existe abundante literatura acerca de esos temas.

En cambio “Doppelganger” busca desentrañar el tipo de relaciones que cada uno establecemos de manera individual con la desinformación. No se trata de explicar cómo nos llega el mensaje, sino de qué forma reacciona cada individuo cuando lo recibe. De este modo llega a desentrañar ese sorprendente proceso a través del cual figuras relevantes vinculadas a la izquierda cambian súbitamente de bando y pasan a defender las posturas más estrafalarias de sus antiguos oponentes. En este sentido, me ha parecido maravillosa la fórmula que plantea para reconocer virajes radicales a lo Víctor Lenore.

¿Qué fue lo que la llevó hasta el precipicio? ¿Qué hizo que perdiera el control hasta ese punto? (…) podría ofrecer una especie de ecuación para explicar el desembarco de personas de izquierdas y liberales en la derecha autoritaria. Sería algo así como: Narcisismo (Grandiosidad) + Adicción a las redes sociales + Crisis de la mediana edad ÷ Escarnio público = Fusión nuclear con la derecha.

Suena fatal decirlo, pero “Doppelganger” es la obra más personal e introspectiva de Naomi Klein. Sí que en ella aborda el estado actual del mundo, los grandes movimientos políticos de la actualidad o las luchas en torno al cambio climático. Pero sobre todo plantea las maneras en que distintas estrategias políticas globales afectan a la relación que cada uno mantiene con su familia, con sus vecinos, y también con su propio cuerpo, sus miedos, sus enfermedades y sus traumas.

El resultado me ha parecido un tanto irregular en lo formal: ya comenté más arriba que algunas partes me han resultado soporíferas. En varias ocasiones el texto se pierde por derroteros de sobra sobados por otros autores, o que sencillamente parecen poco relevantes. Pero en los aspectos de fondo, la cantidad de campos para la reflexión que se abren a medida que avanzan las páginas es inabarcable. Y, en este sentido, Naomi Klein se mantiene como una de las divulgadoras/agitadoras más estimulantes de las últimas décadas.

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