Allá por 2010-2012 estuve enganchado durante una temporada a la prosa polvorienta de Cormac McCarthy. Leí de forma casi compulsiva “Meridiano de Sangre” y la trilogía de la frontera (“En la frontera”, “Todos los caballos hermosos” y “Ciudades de la llanura”). Mientras lo hacía, a menudo me ponía de fondo el “The Bees Made Honey In the Lion’s Skull” (2009), o las dos partes de “Angels of Darkness, Demons of Light” (2011 y 2012) de la banda Earth, y sentía que esa música se amoldaba a los textos con precisión y suavidad. Esa infinitud oscura y deliberadamente monótona de las canciones parecían planear vigilando escenas de violencia desatada sobre los mismos desiertos en los que McCarthy sitúa sus novelas, como si se hubieran concebido expresamente para ser su Banda Sonora Oficial de esos libros. Pues bien, el otro día mientras veía el documental “Even Hell Has Its Heroes. The Music of Earth” (2023) me topé con una conversación en la que músicos del grupo comentaban su afición por las novelas de McCarthy. Pegué un salto en el sofá y le grité a la pantalla algo en plan “¡Veis! ¡Esto es justo lo que yo os quería decir!” La pinta de imbécil que se me debió de poner tuvo que ser digna de un meme.
En fin. Me ha gustado bastante este documental. No es una pieza sencilla y no creo que resulte cómodo de ver para el que no haya entrado antes en la música de Earth. En Even Hell has its Heroes las imágenes y las palabras fluyen al ritmo de la música de la banda, y eso significa que prácticamente se muestran a cámara lenta, como en pleno colocón de opio. Desde luego, la música de Earth nunca ha sido de escucha sencilla. Da igual que la etiquetemos como drone, ambient metal, slowcore enfermo o psicodelia muerta, cualquier referencia a ellos suena a amenaza acústica.
Pero si uno logra dejarse arrastrar, hallará en el documental un fluir de historias sobre músicos (gentes peculiares con pinta de inadaptados, algunos de ellos politoxicómanos) que expían sus demonios a base de retorcer el rock. Cada uno se toma su tiempo a explicar cómo toca su instrumento, y qué lugar ocupa lo que hace en la construcción del sonido de la banda. En definitiva, un colectivo de personas que parecen ajenas al devenir de cualquier forma de música popular, pero cuyas biografías van cruzándose con las de Nirvana, Mark Lanegan, Sunn O))), Swans o Built to Spill.
No estoy seguro de que sea correcto hablar de Earth como “la banda favorita de tus bandas favoritas”. Pero supongo que a otros muchos su sonido les haya obsesionado igual que a mí. Y ver su documental me ha resultado una experiencia ciertamente impacatante.
PD -“Even Hell has its Heroes. The Music of Earth” está disponible para ver gratis en la app de Caixafòrum hasta el 11 de diciembre, dentro de la selección de documentales programados por el Festival In-Edit.