En octubre del 2009 se estrenó en los cines del Reino Unido “Oil City Confidential”, el documental que dirigió Julien Temple sobre el grupo Dr. Feelgood, padrinos del llamado pub rock y reyes del rythm&blues británico durante la década de los setenta, que calentaron los ánimos de la juventud mientras se preparaba la explosión punk de llegaría en 1977. Se trata de un excelente documento, pero por desgracia a día de hoy todavía no cuenta con distribución oficial en España, así que es menester que al menos le dedique unas líneas que dejen constancia de su existencia.
El documental se centra en contar la historia de Wilko Johnson, Lee Brilleaux, The Big Figure y Sparko desde que jugaban de niños en su Canvey Island natal hasta que Wilko abandonó la formación en 1977. Los que hayan visto las otras películas en las que Julien Temple ha plasmado su visión del punk británico (“The Filth and the Fury” sobre los Sex Pistols y en “The Future is Unwritten” sobre Joe Strummer) ya se pueden imaginar la fórmula que ha seguido en esta: una narración de enorme potencia expresiva, basada en un montaje trepidante que hace chocar entrevistas a los protagonistas de la historia, tomas de la banda en directo (el efecto utilizado de subir el volumen del sonido para resaltar la música sobre las palabras es realmente impactante) y una batería de imágenes que comprenden viejos videos domésticos, escenas de antiguas series de la televisión inglesa, películas de gangsters olvidadas, e incluso cosas que sí he conseguido identificar, como imágenes de “El Proceso” de Orson Welles o de “Al rojo vivo” de Raoul Walsh. Todo ello con las increíbles intervenciones de Wilko Johnson como hilo conductor. Durante todo el metraje Wilko no para de hablar, cantar, tocar la guitarra y moverse como un demente. Además de ser un guitarrsita increíble, Wilko sabe cómo ofrecer espectáculo encima de un escenario, y también cómo insuflar vida a la narración sobre su banda y su vida. De hecho, dada la ausencia de Brilleaux, Wilko ejerce de protagonista de esta historia.
Quizás por esto me ha resultado especialmente emotiva la última parte del documental, en la que se habla sobre el fallecimiento de Brilleaux por un cáncer en 1994 y Wilko describe la soledad que siente desde que falleció su esposa en 2004. Y parte de esto se debe a un factor completamente ajeno al propio documental: a principios de este 2013 se hizo público que Wilko padece un cáncer incurable y que –al igual que en su momento hizo Brilleaux- ha decidido seguir dando conciertos hasta que las últimas fuerzas le abandonen. Soy consciente de que no es el efecto que se buscó cuando se rodó, pero el final de la película, en el que Wilko aparece tocando la guitarra en la puerta de un centro comercial, bromeando o enseñando su casa me han recordado a las que cerraban otro gran documental, el “End of the Century” sobre los Ramones. Ahí Dee Dee se despedía del equipo de rodaje mientras se alejaba andando, sin que nadie en ese momento fuera consciente de que fallecería apenas unas semanas más tarde, antes de que el documental llegara a estrenarse. Ver a Wilko así, como si se estuviera despidiendo no solo del documental sino de su propia vida, me ha puesto bastante triste.
En cualquier caso, “Oil City Confidential” no basa su interés en el sentimentalismo ni en el ego de sus protagonistas, sino que ante todo trata de representar el entorno social en el que germinó este grupo y que más tarde les acogió de forma masiva. Justo antes del advenimiento del punk, Dr. Feelgood encarnaron en su música, en sus letras y en su comportamiento todas las señas de identidad de la clase obrera británica, y este documental vendría a ser una demostración de orgullo de clase. El propio título ya hace referencia al entorno fabril degradado que vio nacer a la banda, y buena parte del metraje está dedicado a contar, con un durísimo acento de la Inglaterra rural, cómo era la vida allí: los juegos infantiles entre vertederos de basura, los trabajadores de las fábricas, los habitantes del East End londinense que tomaban la horrible Canvey Island como destino turítico… y, cómo no, los pubs y el alcohol, que al fin y al cabo son el centro de toda esta historia.
Lo dicho. “Oil City Confidential” es un maravilloso documental que bien merece que se le busque en esos sitios donde se encuentran las descargas ilegales. Y los que han conseguido que a día de hoy una película como esta no se encuentre ni siquiera en la base de datos en español de Filmaffinity.com lo que se merecen es una buena colleja.