¿Qué hace interesante a una crítica?

Crítico musical

El otro día apareció en Musicópolis un editorial que reflexionaba sobre cómo las reseñas de discos están perdiendo protagonismo de los medios especializados en música, y sobre cómo les han comido terreno contenidos más frívolos. Pero entonces surge una pregunta: ¿puede que los periodistas musicales hayan dejado de ser interesantes? Una conversación en mi perfil de Facebook que arrancó a raíz de ese artículo me ha dado algunas ideas sobre las cosas que hacen interesante un texto sobre música.

Porque en los últimos tiempos ha decaído el interés objetivo que despiertan las críticas de disco. Por un lado, cuando para escuchar un disco era obligatorio pasar por caja las recomendaciones de los críticos eran algo que había que tener en cuenta: a nadie le apetecía gastar su dinero en un disco que no fuera a gustarle y de paso quedarse sin otro que realmente le iba a agradar. Pero a día de hoy es fácil pegar unas escuchas vía internet a casi cualquier disco, a partir de las cuales uno puede formarse una opinión superficial con la que decidir si se le va a volver a prestar atención. Por otro lado, en los últimos años se ha dado una explosión de gente que escribe en todo tipo de medios que ha llevado a una saturación de contenidos miméticos.

Así que a día de hoy, si un redactor quiere que se le preste la más mínima atención, debe ofrecer más que hace unos años debe ofrecer algo más que hace unos años. Así que voy a proponer una serie de elementos que hacen que una crítica me resulte interesante.

Ten personalidad

La base de la crítica está en una opinión subjetiva: la percepción que se tiene de algo y la forma en que se valora no surge de una verdad absoluta, sino de un algoritmo de factores psicológicos, sociales y culturales que nunca funcionará de la misma manera en dos individuos distintos. Lo apropiado es explicar esta opinión subjetiva a partir de una serie de elementos objetivamente verificables; por ejemplo, en el caso de un disco, estos podrían ser su duración, el número de canciones, los instrumentos que se tocan o la corriente musical en la que se inscribe.
Lo que no procede es tratar las sensaciones o lo sentimientos como si fueran elementos objetivos, como forma de enmascarar esa subjetividad. Tus preferencias musicales son personales, así que no está bien hacer trampas para tratar que los demás las acaten como si fuera una verdad universal. A nadie que escribe un texto así debería darle vergüenza reconocer que tienes fobias irracionales o que le has cogido cariño a lo que antes te parecía una bazofia porque tu pareja te lo pone siempre que hacéis qué sé yo qué cosa. Siempre resultará más creíble el que no oculta que es fan o antifán de algo que el que trata de basar sus juicios en principios pseudocientíficos que se acaba de sacar de la manga.
Tampoco suele gustarme que el periodista renuncie a aportar su opinión personal y se limite a repetir lo que ha leído a una autoridad reconocida (bien sea Pitchfork, Rockdelux, Ruta66 o cualquier otra). O incluso peor, que ceda su opinión al que le paga. En ese caso, la pregunta que uno debería hacerse es… ¿cómo esperas que nadie te vaya a prestar atención, si has escrito lo mismo que otros ya han contado un mes antes que tú?

Eso sí, tampoco es bueno forzar las situaciones. Del mismo modo que el que pone bien a todos los discos termina por resultar un pesado, el que solo sabe hablar de las cosas que no le gustan es inaguantable. Del mismo modo que cuando toda una clase suspende un examen la responsabilidad del fracaso general pasa a recaer sobre el profesor, puede que cuando alguien solo sabe hablar de discos malos sea él quien en realidad ha perdido el gusto.

Lo que no interesa:

  • Voceros de Pitchfork (o de cualquier otro medio influyente)
  • Amarillismo
  • Publireportajes
  • Sentar cátedra sin dar justificaciones
  • El crítico sabelotodo
  • El crítico amargado

Lo que sí interesa:

  • Críticos con una personalidad reconocible
  • Críticos que al menos en apariencia no sufren trastornos mentales severos
  • El crítico fan

Enseña algo

Mola leer reseñas en las que aprendes algo más que el tamaño del ego del que las escribe. Esas en las que al terminar conoces su opinión sobre el disco, pero también sobre cómo interpretar las emociones que le transmite a través de la trayectoria del músico, el contexto en el que se ha creado… en ellas aprendes a escuchar música, y también a formarte una opinión propia, a no seguir a pie juntillas lo que te dice otra persona. En estos casos no es necesario que compartas la opinión del que escribe para sentir interés por el artículo.
Por supuesto que para que esto funcione es necesario que el que escribe esté bien formado y se documente, y que aporte información que vaya más allá de lo que cualquier profano puede inferir tras una escucha rápida al disco. Y, claro está, que esa información esté mínimamente contrastada, que no contenga errores ni mucho menos datos inventados. Aunque, claro, entiendo que esto es bastante difícil en un momento como el actual, en el que a un redactor se le exige que opine sobre veinte discos nuevos en un solo mes…

Lo que no interesa:

  • Dar datos dudosos o directamente falsos
  • Decir lo que te gusta o lo que no sin dar más explicaciones
  • Hablar de los mismos discos que ya ha reseñado todo el mundo
  • Dar los mismos argumentos que ya ha dado todo el mundo

Lo que sí interesa:

  • Aportar datos interesantes
  • Ayudar a que el lector pueda formarse una opinión propia


Explícate con claridad

Escribe bien. ¿Qué significa eso? Pues, básicamente, que procures que se entienda lo que pretendes decir. Escribir sin faltas de ortografía siempre es importante, pero no hay por qué quedarse ahí. Procura expresar tus ideas con un poco más de gracia que un redactor del Marca; esto es, organiza tu discurso con un mínimo de lógica para que no se convierta en una mera concatenación de latiguillos, citas sacadas de contexto y refranes mal empleados. Pero no hace falta convertir las críticas en vehículos para dar salida a tus ambiciones literarias frustradas, sobre todo si no tienes talento para ello. Tampoco suele ser bueno plantear el texto como un ensayo de ciencias sociales; ya comenté en el primer punto que no es conveniente emplear jerga pseudocientífica porque suele servir para maquillar que no tienes mucho que contar, pero es que además con ese tipo de lenguaje suele pasar que nadie entiende de qué estás hablando. Escribe con naturalidad, procura hacerlo en un lenguaje parecido al que usas cuando hablas de música con tus amigos, que por lo general suele ser más inteligible y divertido que todo lo que he comentado antes. Y sobre todo: economiza palabras. Trata de que la lectura de tu artículo no lleve más tiempo que lo que dura el disco del que hablas. Y si esperas que alguien se lea el artículo completo, ni se te ocurra escribir una cosa tan larga como el texto que estás leyendo ahora mismo.

Lo que no interesa:

  • Artículos escritos en idioma jeroglífico
  • Periodistas culturales que escriben como reporteros del Marca
  • Poetas o novelistas frustrados
  • Estudiantes o licenciados en ciencias sociales frustrados
  • Textos que se tardan en leer más tiempo que lo que dura el disco

Lo que sí interesa:

  • Cosa contadas con claridad, que se entienda lo que quiere decir
  • Cosas contadas con gracia
  • Cosas que transmitan pasión
  • Pocas palabras pero bien aprovechadas

Conclusión

Vale, yo soy el primero al que cuando me pongo a escribir se me va la mano y se salta la mitad de estos puntos. De hecho, como lector me costaría tomarme en serio un tutorial con listas y puntos destacados como el de este post, tan simplificado y cuadriculado que parece sacado de un manual para preparar oposiciones. Si lo he hecho ha sido solo para contentar al indexador de google, que dicen que le gusta encontrar los textos así. Pero claro, ahora tampoco yo encuentro tan interesante todo esto. Así que el consejo final es… escribid vuestros textos tal y como os gustaría encontrar una crítica de otra persona, porque si vosotros mismos no estáis satisfechos con ellos, ¿quién creéis que lo va a estar?

2 comentarios en “¿Qué hace interesante a una crítica?

  1. ¡Gracias por mencionar mi artículo de Musicópolis! Estoy totalmente de acuerdo con tu reflexión y sobre algunos temas que tocas he escrito antes, aunque lo cierto es que has sintetizado muy bien todas las facetas de la redacción de reseñas. Con tu permiso voy a apuntar aquí algunos enlaces sobre algunos de esos temas porque creo que pueden ser de interés para continuar el debate:

    – Sobre la importancia de una buena redacción http://www.musicopolis.es/opinion-recomendaciones-para-una-buena-redaccion/282152011/

    – Sobre la crítica musical y el papel del redactor http://www.musicopolis.es/opinion-la-critica-musical/267422011/

    – Sobre el cambio que ha supuesto internet http://www.musicopolis.es/opinion-%E2%80%93-prensa-musical-en-internet/274752011/ y http://www.musicopolis.es/opinion-%E2%80%93-%C2%BFque-aporta-la-prensa-musical/311772012/

    – Sobre enfoques en la crítica musical http://www.musicopolis.es/opinion-%E2%80%93-enfoques-en-la-critica-musical/319502012/

    – Sobre la honestidad del crítico http://www.musicopolis.es/opinion-%E2%80%93-la-honestidad-del-critico/477482012/

    – Sobre la situación actual en relación a la crítica musical http://www.musicopolis.es/opinion-%E2%80%93-hablar-de-musica-en-tiempos-de-crisis/438412012/

    – Sobre la necesidad de escuchar los discos más pausadamente http://www.musicopolis.es/opinion-%E2%80%93-recuperando-una-escucha-atenta-y-pausada/494952012/

  2. ¡Gracias a ti! La verdad es que la mayoría de estos artículos se me escaparon en su momento, así que ahora me toca ponerme al día con ellos, que tienen bastante buena pinta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *