Escucho podcasts prácticamente a diario, pero no suelo encontrar ninguno que recomendar a otra gente. Me resulta complicado mantener la atención en ellos mucho rato, así que mi cabeza no reconoce en ellos más que el ruido de fondo que me acompaña mientras hago las tareas de la casa o el murmullo que me ayuda a quedarme dormido en la cama.
Así que si hoy destaco Papel de Chicle, Solo me hablas de movidas de hace veinte años y Simpatía por la industria musical es porque realmente me han absorbido y me han gustado mucho.
Nota: no he sido capaz de incrustar el reproductor de IVOOX en WordPress, así que ya lo siento pero no vas a poder dar al play mientras seguís leyendo este texto. En todo caso, si pinchas sobre las imágenes se te redigirá a la web de cada uno de los podcasts dentro de la web de IVOOX.
Papel de Chicle
Javier Rodríguez y Francisco Nixon charlan sobre música, tebeos y similares.
Ojo con la premisa: una tertulia boomer de varones que divagan sobre cosas que les fascinaron cuando aún eran adolescentes, hace tres o cuatro décadas. Así explicado, Papel de chicle tiene una pinta pésima. En cualquier plataforma hay disponibles miles de horas de grabaciones de charlas estériles entre colegas, verdaderos ladrillos de palabrería inútil que conforman los muros del aburrimiento en los que quedo atrapado la mayoría de las veces que abro la aplicación de IVOOX.
Pero Papel de Chicle ha alcanzado algún tipo de equilibrio cósmico entre conocimiento riguroso y pasión fanática, entre divulgación y entretenimiento, que el resto parecen incapaces de encontrar. De partida, sus conductores –Fran Nixon, músico y ex componente de Australian Blonde y La Costa Brava, y Javier Rodríguez, dibujante de cómics para Marvel y DC- son autoridades en sus respectivos campos. Y la galería de invitados es bastante potente: Carlos Pacheco, Albert Monteys, Pepe colubi, David Trueba, Pedro Vera, Jose Viruete, Natacha Bustos, Luis Bustos… cuentan lo que se les ocurre sobre su propia obra, o sobre Jim Shooter, Iron Maiden, John Byrne, las orquestas de las fiestas de pueblo, los Hermanos Buscema, la historia del reggae, Thin Lizzy…
¿He hablado más arriba de tertulia boomer? Bueno, Papel de Chicle más bien es un espacio en el que músicos hablan sobre la música que les inspiró, autores de cómics comentan los cómics que les enamoraron, escritores de ciencia ficción charlan sobre su pasión por el género… En fin, es una delicia, y a mí me ha tenido enganchadísimo.
Solo me hablas de movidas de hace 20 años
Acompáñanos en un viaje a aquella Malasaña donde todo fue pop. Descubre aquella explosión multicolor de grupos, garitos y fanzines del fin del milenio. Aquello que los malvados llamaron Tontipop.
Tontipop es una etiqueta bastante vaga que los listos de siempre crearon para ridiculizar a una gente que intentaba pasárselo mejor que ellos. Por eso, funcionó como cajón de sastre de bandas que funcionaron durante el último lustro del siglo XX (desde el bombazo de “Al amanecer” de Los Fresones Rebeldes hasta que nombres como La Casa Azul o Ellos aportaron profesionalidad y disciplina al indie en castellano) y que apenas tuvieron en común algo más que su espíritu naïf, su sentido del humor nihilista y un modus operandi basado en el amateurismo y la espontaneidad.
Los conductores del programa son Diego Abad (documentalista, cronista del tontipop y antiguo componente de los casi olvidados Hiperkorë) y Fernando Millón (aka Fernando Porres, omnipresente en el entorno del indie madrileño), acompañados por una plétora de ilustres invitados (Borja Prieto, Carlos Galán, Dildo de Congost, Diana Aller…) y de montañas de documentación de la época en forma de recortes de prensa, grabaciones de conciertos y entrevistas realizadas codo en barra.
A lo largo de los ocho capítulos de “Solo me hablas…” se repasa la trayectoria de muchas de aquellas bandas, como TCR, Meteosat, L-Kan, La Monja Enana, La Pequeña Suiza, Niza, Parade, Blas y las Astrales, Focomelos, Webeloss, Crono, Julio y los Chocolas, Explosión Cloretilo, Les Biscuits Salés… Pero también de salas y bares (el Supergen, el Nasti, el Maravillas…), fanzines y revistas (MondoBrutto, Spiral, Malsonando…) o sellos musicales (FUP, Spicnic, Elefant…) que sirvieron para fortalecer los vínculos de la escena: una de las últimas movidas madrileñas que se desarrolló antes de que internet se volviera el centro de todo.
Y este podcast retrata el ascenso y posterior ocaso de esta escena. Y lo hace de manera caótica, a ratos un poco boba, pero casi todo el rato divertidísima. Exactamente tal y como lo fue la movida del tontipop.
Simpatía por la Industria Musical
El Big Boss de Subterfuge entrevista a los grandes players de la industria musical. (…) La cara b del negocio de la música contada por los otros protagonistas. El programa donde apenas suena música, pero es de música de todo o que se habla.
Pues eso: Carlos Galán (aka Carlos Subterfuge) entrevista en profundidad a ejecutivos de la industria discográfica, managers, propietarios de tiendas de discos, periodistas musicales, promotores de conciertos e incluso a algunos músicos. Héroes y villanos, pero en todo caso personas cuyo protagonismo en el devenir de la música española se encuentra fuera de duda, dejan testimonio sobre todo lo que saben de cuanto ha sucedido durante las últimas décadas. Así, episodio a episodio (a día de hoy ya hay 97 colgados) se va trazando una historia que no se queda en el repaso a nombres de superestrellas y cifras de venta, sino que profundiza en los engranajes que consiguen que el público se sienta feliz o estafado.
El legado oral que se está generando desde Simpatía por la Industria Musical es impresionante. Porque a pesar de que todos los invitados se han movido por las entretelas del negocio de la música, el público nunca ha escuchado la voz de la mayoría de ellos. En parte, porque la industria musical suele trabajar de manera muy opaca. Y, por otro lado, porque para buena parte del público (yo mismo, por ejemplo) la Gran Industria Musical desde siempre ha sido el enemigo a combatir. Por ello, cuando se hablaba sobre música se tendía a omitir la parte más importante (al menos en términos cuantitativos): la de quienes llenan estadios y plazas de toros y llegan al número 1 de las listas.
En fin. Simpatía publicados lleva más de cien horas de testimonio interesantísimos y muchas veces inéditos. Esto es una mina.