No he podido estar muy pendiente del blog este verano, y por desgracia no ha sido por exceso de vacaciones ni de playa ni de fiestas. Espero que no se haya notado mucho que incluso la página estuvo caída durante unos días por problemas técnicos. En cualquier caso, he podido aprovechar el tiempo viendo muchas películas malas, escuchando mucha música grabada y, lo que ocupa este post, me ha dado tiempo a leer algunos libros interesantes (y otros que no me han gustado, pero de los que no voy a hablar de momento). Así que voy a dedicar unas líneas a “El diablo a todas horas”, “Dura la lluvia que cae”, “Crónicas quinquis” e “Ilustrando el underground”.
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“El diablo a todas horas” (Libros del silencio, 2012)
La segunda novela de Donald Ray Pollock sigue las desdichas de una serie de despojos humanos (predicadores, prostitutas, asesinos y todo tipo de tarados) que en algún momento de su vida confluyen en Meade (Ohio). Desde los años de la segunda guerra mundial hasta finales de la década de 1960 los personajes se van conociendo, follando, pelenado, asesinando y desapareciendo en un ambiente saturado de alcohol, fanatismo religioso, miseria económica y violencia extrema.
En “El diablo…” se amplía el universo que Pollock empezó a mostrar en el “Knockemstiff” (Libros del silencio, 2011), la postal de otro pozo infecto de corrupción humana a apenas 40 kilómetros de Meade. Si bien en aquella la narración aparecía fragmentada en una serie de relatos cortos, “El diablo…” entrecruza las vidas de todos sus personajes en algo parecido a una trama lineal. Pero las dos podrían formar una especie de un retrato díptico del mundo rural de los Estados Unidos a medio camino entre el nihilismo punk y la crudeza casi mística del gótico americano, algo así como una mezcla entre la prosa de Bukowski, la de Palahniuk, el “Gummo” de Harmony Korine y el paraíso lumpen de Trailer Park Boys que termina por hacer de Pollock uno de los autores que más me han impresionado de la literatura de los últimos años.
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“Dura la lluvia que cae” (Duomo ediciones, 2012)
Don Carpenter publicó esta novela en Estados Unidos en 1966, Duomo ediciones la editó por primera vez en España en 2012, y así es como ha llegado a mis manos. Al igual que “El diablo…”, esta novela se asoma a las cloacas del sueño americano durante las décadas centrales del siglo XX. Para ello sigue las andanzas de Jack Levitt, raterillo de poca monta que recorre la costa Oeste de los Estados Unidos sin saber muy bien lo que busca. Durante este periplo, las pulsiones destructivas que tanto Levitt como el resto de personajes de la novela albergan en su espíritu les hacen chocar una y otra vez con los mecanismos de los que la sociedad se sirve para reprimir al individuo.
Siguiendo con las comparaciones, tanto en “Dura…” como en “El diablo…” los personajes se ven sumidos en la fatalidad de un destino que destruye tanto sus vidas como las de sus descendientes. Pero si en la de Pollock esto se plantea desde una perspectiva nihilista, el tono de Carpenter es más cercano al existencialismo y a la crítica social. En cualquier caso, los dos libros son sobresalientes, no veo necesario perder el tiempo dándole vueltas a cuál de los dos es mejor.
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Crónicas Quinquis (Libros del K.O., 2013)
Ya he comentado alguna vez mi debilidad por la estética quinqui, así que un libro como este libro tenía que caer en mis manos. Este pequeño volumen recopila varias crónicas firmadas por Javier Valenzuela en la seccion de sucesos del diario El País entre 1982 y 1985. Al igual que los otros dos libros, este también incide en los aspectos más sórdidos de la marginalidad (poblados de chabolas, escopetas recortadas, cárceles, protitución, heroína, ajustes de cuentas, abusos policiales…), aunque, obviamente, aquí el tono no es literario sino periodístico.
En este sentido echo en falta un poco más de exhaustividad o de profundidad. El libro habría resultado más apetecible si las crónicas vinieran acompañadas de algún comentario más extenso que el de el prólogo, o al menos que alguna documentación gráfica acompañara a los textos… pero no hay que ser duro: los artículos son excelentes, y el formato del libro (160 páginas por apenas 12€) hace de él una lectura más que interesante.
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Ilustrando el underground. 22 dibujos musicales. (Libros de Kirlian, 2013)
Este libro no tiene mucha letra, que para eso se trata de un álbum de ilustraciones. Pero también ha caído en mis manos este verano y no quería dejarlo sin reseña. Javier Castro retrata a 22 de sus músicos favoritos del panorama indi hispano actual, entre los que se encuentran artistas casi en puestos de promoción a ligas mayores (Triángulo de Amor Bizarro, Klaus&Kinski, Joe Crepúsculo, Los Punsetes) a otros como Atomizador, Giorgio Basmatti o Solletico que apenas han trascendido todavía el mundo de las maquetas autoeditadas.
“Ilustrando…” prácticamente es un fanzine (ni siquiera lleva ISBN), y supongo que es la mejor forma de plasmar la escena del pop underground o de hacer una guía de los grupos de los que es importante estar pendientes en este 2013 y que la cosa quede creíble. Lo dicho: dejad de leer tantos blogs de recomendaciones y, si queréis enteraros de lo que realmente está pasando, volved a mirar fanzines.