Ya comenté en otro post que la oferta de libros sobre música en castellano antes del arranque del siglo XXI era anecdótica, así que no está de más dedicar algún que otro artículo a lo que había disponible por aquel entonces. Y voy a empezar con la Editorial La Máscara.
La editorial valenciana La Máscara fue una de las más prolíficas –si no la que más- en este campo durante la década de los noventa del siglo pasado. Dentro de su colección “Imágenes del rock” publicaron más de un centenar de volúmenes entre 1991 y el año 2001. De estos, la mayoría estaban dedicados a artistas internacionales (de Gary Moore a Hole, de White Zombie a The Stone Roses, aunque destacarían gente como U2, David Bowie, Guns&Roses o Nirvana, con más de un título publicado a su nombre), además de algún tomo dedicado a artistas nacionales (Radio Futura, Rosendo, Def Con Dos, Los Flechazos…) o a temas más genéricos (La muerte en el rock&roll, thrash metal, portadas de discos, macroconciertos…).
Los libros de esta colección estaban editados en formato rústico a tamaño DIN-A4 y con papel satinado a todo color. Cada volumen solía tener unas 64 páginas y solían contener abundante material gráfico en forma de fotografías en prácticamente todas las páginas, fichas con las portadas de los discos e incluso un poster central, que al no estar grapado era bastante fácil que ya no estuviese en el momento que comprabas tu ejemplar porque alguien lo había mangado antes. Cada libro contenía un anexo con las letras más interesantes de cada artista acompañadas de su traducción si estaban en lengua no castellana. Esto, que a día de hoy casi parece una catetada, en su momento proporcionaba un gran valor añadido a estos libros. A mediados de los noventa el nivel de comprensión de inglés de un español medio era algo así como nulo; ser capaz de entender el significado de una canción que te gustaba era sencillamente la hostia.
En cuanto a los textos, había de todo, aunque pocos podían quitarse de encima el tono un tanto amateur. La redacción era a menudo atropellada, había fallos de bulto en la documentación y a menudo exageraban la importancia de los detalles más sensacionalistas frente a aspectos más técnicos. A día de hoy esto resulta un poco pobre, pero entonces parecía más que suficiente. Al fin y al cabo estas publicaciones eran hijas de su tiempo, para bien y para mal. Los que las escribieron no disponían de internet (¿os imagináis no poder hacer consultas de urgencia a wikipedia o www.allmusic.com?) ni de vuelos low cost que facilitaran el ir a recopilar información de primera mano a la otra punta del mundo. Además de que las editoriales nacionales todavía no apostaban por traducir bibliografía especializada que ya existía en el mercado anglosajón, y el catálogo disponible en castellano era muy corto. La falta de referentes en cuanto a literatura musical en castellano en los que apoyarse lastraba a los autores, aunque esto también rebajaba las expectativas de los lectores: para un adolescente de los noventa (yo) aquello no estaba tan mal, porque de hecho era lo mejor (¿lo único?) que me había llevado a los ojos sobre estos temas.
En su momento leí varios títulos de esta colección: Metallica, U2, Extremoduro, Sonic Youth… es una lástima que a día de hoy solo conserve el tomo dedicado a Joy Division y New Order que compré por 1€ en la tienda Tipo sobre el año 2002. La colección Imágenes del rock había dejado de editar nuevo material un año antes, en 2001, y desde entonces esos libros han ido quedando fuera del mercado regular. Supongo que a día de hoy todavía se puedan encontrar ejemplares en librerías de viejo y en mercadillos de segunda mano.
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