El pasado 27 de diciembre se presentó en la Oveja Negra de Torrelavega el #7 del fanzine Enciende la Mecha. Este número triple de la revista de Chevas va dedicado íntegramente a un dossier sobre la música que se hizo en Torrelavega entre 1980 y 1995. Y el resultado es tan exhaustivo y sorprendente que digo con la boca bien grande que se trata de una obra maestra.
Para empezar debo señalar que, salvo honrosísimas excepciones, el periodismo musical que se hace en Cantabria es bastante pobre. Y sé que con esto estoy escupiendo al cielo, porque supongo que yo también formo parte de ese gremio. Pero es que lo que se publica sobre la escena local en grandes medios (vamos, Alerta, El Diario Montañés, El Mundo y los pocos programas de radio en emisoras grandes y de televisión local que tengo noticia de que alguna vez hablan sobre el tema) suele ser escaso, mal redactado y peor documentado. Así que es una gran noticia que una obra totalmente underground en su espíritu y en su forma sea quien venga a llenar el gran vacío literario que existe sobre la escena local de base.
Pues sí, hasta la fecha prácticamente nadie se ha molestado en versar de forma más o menos seria la historia de las músicas herederas del rock que se ha hecho después del final de la década de los setenta en Cantabria, que es lo que hay en este número de Enciende la Mecha. En él se ofrece un repaso pormenorizado a grupos, locales, personajes y eventos que hicieron que del período 1980-1995, uno de los más fructíferos en términos creativos en la música popular de Cantabria. El trabajo que me viene a la memoria que más se puede acercar a esto es el cd-dvd recopilatorio “Marejada Cántabra: removiendo la movida 1980-1985” que la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria publicó en 2007; un trabajo lleno de buenas intenciones pero de resultado bastante incompleto. Frente a esto, Enciende la Mecha #7 persenta una avalancha de fotografías, recortes de la prensa de la época, textos actuales firmados por el propio Chevas (atinado y corrosivo hasta la cabronada, como de costumbre) y hasta un cd que, frente a los 24 temas que traía lo de la marejada, contiene nada menos que 46 cortes… ¡e incluso las primeras copias que se distribuyeron venían acompañadas de un dvd! En fin, todo esto dota a este fanzine la forma de obra total, casi de manual de referencia.
Claro, uno piensa en el volumen de trabajo que habrá llevado recopilar, organizar y dar un formato coherente a todo esta información, y se queda con la sensación de que se trata de un trabajo irrepetible. He de reconocer que alguna vez he intentado ponerme con un trabajo de este tipo y he tenido que rendirme porque me resultaba inabarcable, es una tarea titánica. Y si además se tiene en cuenta que no se va a percibir beneficio económico por todo esto (vamos, creo que los 5€ que cuesta cada ejemplar apenas sirven para cubrir los gastos de fabricación) y no me queda más que rendirme. Señoras y señores, este fanzine es un acto de amor al punk y a la ciudad de Torrelavega, y lo demás son cuentos.
Ah, si alguien quiere hacerse con un ejemplar que se dé prisa, que la tirada es bastante limitada. En Cantabria, se puede comprar en Torrelavega en Sez Turuta, en la Oveja Negra y en Musli, y en Santander hay copias en La Libre y en Rock Beer the New. Sé que hay puntos de distribución fuera de la región pero no tengo ni idea de cuáles son; a lo mejor si escribís a enciendelamecha@hotmail.com hay suerte y conseguís alguno.