Madrid 2015

tio-pepe

Cada vez vivo más anclado en Santander y salgo menos a ver mundo, pero al menos una vez al año cae una buena visita a La Gran Ciudad. La verdad es que me gustan los lugares hiperhormonados como Madrid, donde hay montañas de gente que siempre viven con prisa para no desperdiciar la intensidad ni un solo momento. Sin embargo, cada vez me aburre más esa fachada de franquicias, de tiendas ultracaras y de espacios adaptados para que turistas y pijos puedan consumir a gusto sin complicarse la vida.

Supongo que por eso al preparar un post sobre sitios y cosas que me han gustado de esta visita no me ha salido casi nada parecido a lo que aparece en las guías de sitios con encanto. Aunque tampoco recomiendo que intentéis probar suerte con estas cosas, porque mis experiencias son únicas e intransferibles y no me apetece que luego me llenéis el blog de quejas porque os he mandado a sitios de mierda. Pero bueno, yo he disfrutado con estas cosas, así que ahí van.

  • Cómics Legend, en la calle Juan Antonio de Armona. Es una tienda pequeña y tiene un grafitti de Rorschach un poco feo en la puerta. Pero dentro se siente la pasión por el cómic, algo que no se nota al entrar en la fnac, en La Central o en La Casa del Libro. Y además de las novedades habituales tienen un buen montón de cómics descatalogados cojonudos a precio de chiste.
  • Librería Gea, en la calle Tarragona. Está especializada en temas más o menos relacionados con el rollo new age, que la verdad es que es un tema que no me suele interesar un carajo. Pero estos días he pasado largos ratos fisgando por ahí, y al menos me ha resultado agradable. Además, me ha recordado a la editorial en la que trabaja el personaje de Lisa en la increíble novela “Dioses sin hombres” de Hira Kunzru, y eso le da un plus de queribilidad al local.
  • La huelga de trabajadores de Movistar. Me crucé en la Gran Vía con una manifestación de gente con insignias de Movistar, pero no entendí de qué iba aquello. Ahora acabo de enterarme de que los trabajadores encargados de colocar la fibra óptica llevan en huelga desde el pasado 28 de marzo por las pésimas condiciones salariales, y que Telefónica está llevando a cabo una fuerte campaña de presión para que esto no aparezca en los grandes medios de comunicación. Así que esta revolución no será televisada, pero Spam de Autor da fe de que la lucha está en la calle.
  • La Armería Rafa, en la calle Espoz y Mina. Cuenta con un inmenso surtido de anzuelos y escopetas, pero también con bastante equipamiento deportivo anacrónico a un precio igualmente anacrónico. Me enamoré, y fue de los pocos sitios donde compré ropa durante esta visita.
  • La Venencia, en la calle Echegaray. Es un local superviviente de un Madrid que ya no existe. Una bodega viejuna, con paredes oscurecidas por el humo del tabaco y estanterías repletas de botellas cubiertas de polvo. No sirven refrescos y creo que tampoco nada que no sea vino de Jerez de la barrica. Le doy mis dies.
  • Lavapiés entero. Solo con pasar un rato perdiendo el tiempo en la plaza de Lavapiés se pueden adquirir grandes lecciones de vida.
  • La tienda oficial Adidas de la calle Fuencarral. Representa perfectamente la locura del Madrid de lo moderno. Aquí se pueden encontrar las colecciones exclusivas, las que vienen a etiquetarse como Adidas Originals. Actualmente están disponibles la de Rita Ora, la de Pharrel Williams y la de Jeremy Scott. Se puede ver como el templo del lujo deportivo, el punto donde confluyen el diseño de vanguardia y el Street Art. Aunque, por lo chungo que es todo, a mí me resulta más divertido pensar que se trata de un outlet de taras en el que se han equivocado al poner las etiquetas y todos los precios tienen un par de ceros a la derecha más de los que les corresponde.
  • Las presentaciones de cosas con barra libre de bebida. Tiene que ser brutal currar cubriendo cada día estas cosas en Madrid, o simplemente echarle jeta y plantarte a darle gratis al alpiste siete días a la semana. Bueno, la verdad es que me sentí un poco pueblerino en este ambiente, que aquí los que organizan cosas no suelen ser tan generosos, y yo creo que se me notaba mucho la cara de estar pensando «¿pero realmente me voy a tomar todo esto por la jeta?«.

Como resumen, he de decir que esta ha sido la mejor visita que he hecho a Madrid en los últimos años. He pasado unos días preciosos, en los que lo único que me duele es haberme perdido por muy poco tiempo el concierto que Javiera Mena dio el jueves en la sala Ochoymedio. Pero es que, como solía decir el difunto Andrés Montes… amigos, la vida a veces puede ser maravillosa.

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