Foto: Diario de San Fermín
Si me he tirado varias semanas sin apenas postear ha sido porque he dedicado bastante tiempo a llenar un poco mi cuenta corriente con los ingresos que reportan trabajos grises de esos que terminan por resultar muy poco lucrativos, porque el tiempo y las ilusiones que le roban a uno son mucho más valiosos que los euros que llegan a la nómina. Y la inspiración no suele aparecer en el poco tiempo libre que le queda a uno esos días. Pero por fortuna también he estado alejado de los ordenadores porque he hecho un pequeño tour por la Península Ibérica en el que he recuperado parte de las ilusiones perdidas.
Colar en el blog un resumen de todo lo que he vivido durante mis vacaciones iba a ser un desastre que no iba a interesar a nadie. He recorrido muchísimos kilómetros de carretera, he visto museos, he visto tiendas, he estado en bares, he conocido a músicos, a directores de videoclips, a disc jockeys y a mucha otra gente genial. También he escuchado muchísima música y he visto algunos conciertos… Pero pienso que solo me he topado con una cosa que merezca la pena reseñar aquí: la Banda Municipal de Pamplona.
La Pamplonesa se fundó en 1919, así que está a punto de cumplir 95 años. A lo largo del año ofrece conciertos de todo tipo, pero lo que me interesa comentar aquí son las Dianas que tocan durante los sanfermines. Todas las mañanas durante las fiestas, un rato después de que cierren los últimos bares pero un rato antes de que arranquen los encierros, la banda aparece en las inmediaciones de la plaza del ayuntamiento y recorre las calles del casco viejo tocando las cuatro dianas que hay en su repertorio. Ahí dejo algunos vídeos en los que se aprecia cómo funciona todo este tinglado.
Así lo ven desde El Diario de Navarra
Aquí un vídeo gonzo
La banda toca muy fuerte y muy rápido. Tocan por igual para jóvenes y para ancianos, para borrachos y para madrugadores. Tocan en la puta calle, y se enfrentan al público (y a los vecinos a los que echan de la cama) sin vallas antiavalancha ni guardias de seguridad: lo único que protege a los músicos son sus instrumentos y la música que sale de ellos. Esto ha sido lo más emocionante que me ha dado la música en lo que llevo de año. Hay mucho que aprender de ellos y de su público. Fuera postureos, fuera complejos, fuera modas. Que viva la Pamplonesa.
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