Aiko el grupo, Malamute y Los Estanques. Estas tres bandas tienen en común que tienen orígenes cántabros (aunque a día de hoy las tres operan desde Madrid), que trabajan con sellos con capacidad de difusión a nivel estatal, que llevan trayectorias relativamente breves y sus componentes son tirando a jóvenes, y que a lo largo de los últimos meses han publicado música excepcional. Bueno, y también que la pandemia les ha puesto una zancadilla que de momento ha impedido que presenten en vivo su música tal y como se merece.
Aquellos que estéis al día de lo que se mueve en la música de Cantabria supongo que ya conocéis de sobra todo esto que comento. Pero los de fuera posiblemente no, y para vosotros va este post. Quizás opinéis que calificar de Edad de Oro a que tres grupos hayan publicado en un mismo año es una exageración de las gordas. Sin embargo, dentro de la idiosincrasia de un lugar como Cantabria -pequeño, hermético, devoto por lo rancio y con serias dificultades para aceptar cambios generacionales- una coincidencia así es prácticamente un hito histórico.
Y ya si en el mismo período también hay novedades por parte de otros ilustres montañeses en el exilio como son Betacam y Andrea Galaxina, sería delito no dedicarles un espacio en el blog.
Aiko el grupo
El single A mí ya me iba mal de antes vio la luz el 10 de marzo de 2020, cuatro días antes de que el Gobierno Central declarara el Estado de Alarma que abrió el primer confinamiento. Sí: Aiko el Grupo puede presumir de haber clavado el timing perfecto para la presentación de un himno megaloser como este. Así comenzó la trayectoria pública de AeG, un cuarteto cuya cara más conocida es la de la camarguesa Teresa Iñesta (fundadora de Repion, y últimamente también batería de los increíbles Yawners), a quien acompañan otros tres componentes que no tengo el gusto de conocer pero que, escuchados los temazos que están sacando, estoy seguro de que son bellísimas personas.
Ya en diciembre de 2020 llegó Va totalmente en serio… (Elefant Records), el primer álbum largo del grupo, contiene una divertidísima colección de canciones sobre despecho, bajona vital y otros dramas de la posadolescencia, entonadas entre melodías punk pop, teclados beodos y alaridos a lo Kathleen Hannah. Ojalá llegue pronto el día en que lo presenten y se pueda montar un pogo sin infringir ninguna ley.
Malamute
El 13 de septiembre de 2019 fue una jornada histórica: el dúo Malamute estrenó Monstruos gigantes destruyen Santander, una de las más bellas canciones jamás dedicadas a La Novia del Mar, y con ello arrancó su andadura pública como banda.
Los firmantes de esta microepopeya Kaijū son la laredana Irene Gutiérrez y el madrileño Diego Jiménez (realizador de unos cuantos de los videoclips que más veces habréis visto en los últimos años). En noviembre de ese mismo año apareció el primer EP del dúo, y a lo largo de 2020 fueron publicando hasta tres singles, siempre de la mano del sello barcelonés Snap! Clap! Club! Todos ellos son himnos entre el pop gourmet de Las Escarlatinas y la mala baba de Los Punsetes.
Los Estanques
En algún momento entre la salida del segundo y del tercer LP de Los Estanques, su carrera dio un giro de 180º. Hasta entonces la banda santanderina funcionaban a un nivel casi doméstico, tal como ellos mismos explicaron aquí. Pero llegaron cambios en la formación y el traslado a Madrid de su base de operaciones. Así que para cuando publicaron el tercer LP (ojo, no os liéis con los títulos: este se llama Los Estanques y lo sacaron en 2019 con el sello John Colby Sect) fuera de Cantabria ya se estaba corriendo la voz de que se trataba de una banda excepcional.
Y, a pesar de que el proceso de confección de su siguiente álbum se puede calificar como una serie de catastróficas desdichas (incluido el robo del master del disco terminado, lo que les obligó a repetir todo el proceso de grabación), en verano de 2020 llegó al público IV (Inbophonic records). Que podría decirse que es su disco de confirmación, sino fuera porque llevan confirmando lo que valen desde su primer disco: tratar de emular a los grandes de la psicodelia progresiva clásica solo puede salir bien cuando el nivel de las composiciones y de los músicos que las interpretan se encuentra a un nivel estratosférico.
Bonus
Betacam
Ni se sabe cuántos años hace que el torrelaveguense Javier Carrasco se asentó en Madrid. Desde entonces ha sacado cuatro LPs con Templeton, no sé cuántas referencias junto a Rusos Blancos y una lista interminable de trabajos como músico acompañante de otra gente. Además, por supuesto, de su dilatada tayectoria personal como Betacam. Bajo ese nombre, y a lo largo de casi quince años, Carrasco ha ido levantando un cancionero singular, en el que ya se ha mostrado un millón de facetas de su personalidad: crooner electrónico, antihéroe pop, dandy del Besaya, estrella en pijama…
En 2020 publicó el EP Multitarea (Intromúsica), y ya en enero de 2021, inasequible al desaliento, ha lanzado su nuevo single, Lo único que tengo. No hay quien le pare. Y bien que me alegro de que sea así.
DOBLE BONUS
Andrea Galaxina
Esta camarguesa no está tan implicada en la creación musical como el resto de nombres que han desfilado hasta ahora por el post. Pero si se trata de hablar sobre gente que consigue sortear el aburrimiento reinante y entrega al mundo algo sorprendente, divertido y que logrea subvertir los códigos y los símbolos de la sociedad conservadora en la que nos ha tocado existir, tiene más que ganada su presencia aquí.
Hace bastante tiempo que Andrea lleva agitando el subsuelo desde la trinchera de los fanzines. De hecho, en el blog ya he hablado sobre ella a cuenta de la Muestra de Ilustración, Cómic y Autoedición de Santander y de su libro ¡Puedo decir lo que quiera! ¡Puedo hacer lo que quiera!
Bueno, pues el verano pasado sacó el Chelo García-Cortés Appreciation Zine, un homenaje a la colaboradora del programa Sálvame a quien ensalza como insospechado icono queer. Contra todo pronóstico, el fanzine se convirtió en un éxito instantáneo; de hecho, ya va por su cuarta edición, lo que le convierte un best seller (según los estándares fanzineros). Normalmente el impacto de este tipo de publicaciones apenas alcanza a un círculo relativamente íntimo de lectores, y el resto del mundo ni siguiera llega a enterarse de su existencia. Pero el Chelo García-Cortés Appreciation Zine no solo trascendió los estrechos límites del mundillo fanzinero, sino que abrió algo así como una brecha dimensional que permitió a Andrea aparecer como invitada en el Sálvame de Tele 5, y que condujo a Chelo García-Cortés a los directos de la cuenta de Galaxina en Instagram.
Y hace unas pocas semanas Andrea lanzó A 200 km/h en la dirección equivocada: un fanzine sobre las t.A.T.u., dedicado a aquellos adolescentes para quienes el dúo de rusas se convirtió en espejo donde mirarse, en un momento en que lo queer era invisible en los medios de comunicación… a pesar de que la imagen del grupo era una ruin farsa urdida por sus managers y ellas eran perfectamente heteras. Bueno, pues con ideas como estas ahora es Andrea quien inspira a otros para que continuemos haciendo cosas que enseñar a quien las quiera echar un ojo. ¡Gracias por estar ahí!