A primera hora de esta mañana recibí un whatsapp de mi hermano en el que me avisaba de que había fallecido Óscar Muñiz, de la librería Nexus 4. A partir de ese momento noté que se iba corriendo la voz porque por distintas vías no pararon de llegarme mensajes con la noticia. Y cuando he salido de trabajar, al revisar perfiles en redes sociales relacionados con el mundo del cómic, ya he comprobado cómo la bola se iba haciendo cada vez más grande. He encontrado mensajes de despedida por Albert Monteys, Cels Piñol, Jan, David Baldeon, Álvaro Martínez, David Rubín, Natacha Bustos… vamos, que la lista de gigantes del cómic que se han acordado de él hoy es impresionante.
Al lado de estos titanes, yo no me siento capaz de aportar ningún texto que merezca ser leído. Por otro lado, nunca me encuentro a gusto escribiendo obituarios de gente con la que he mantenido una relación personal. Igual que tampoco sé qué decir cuando estoy en un velatorio: tengo la sensación de que solo me saldrán estupideces fuera de lugar, así que casi siempre prefiero mantener silencio.
En cualquier caso, cuando vivía en Santander solía pensar que estaría genial publicar una serie de posts en los que trazar perfiles de personas, tiendas o locales de cualquier tipo que realmente resultan esenciales para entender la vida cultural de la ciudad. Al fin y al cabo, ese es el tipo de asuntos que me interesaba tratar cuando creé el blog, porque las reseñas de series o libros guiris puede escribirlas cualquiera, pero poca gente dedica su tiempo a recordar cuáles son las cosas buenas que existen en Santander. En la lista de nombres que obligatoriamente iba a tratar estaba el Rock Beer the New, Discos Cucos, las librerías Gil y La Vorágine, Luis Avín, el Cinefórum de la Filmoteca y la Asociación La Llave Azul… bueno, y un puñado de cosas más de este tipo. Pero, al hablar sobre cómics en Santander, estaba claro que tocaba mencionar a Nexus 4.
Empecé a ir por la tienda al poco de que abriera el primer local de la calle Nicolás Salmerón, hace ya casi un cuarto de siglo, y desde entonces nunca he dejado de acercarme por allí de forma regular. Vamos, que la mayor parte de los cómics de mi colección han salido de Nexus. He visto cómo el proyecto ha ido creciendo, y no solo en el tamaño del local o en la variedad de muñecos y frikadas que aparecían por las estanterías: el esfuerzo que desde allí se ha hecho por difundir la cultura del cómic (desde traer a autores a la tienda hasta intentar colocar contenidos de cómic en cualquier evento cultural que tenga lugar en la ciudad) ha sido más que estimable. Y, desde que vivo fuera, cada vez me sorprende más que un comercio como Nexus-4 sobreviva en una ciudad pequeña y sosa como Santander.
Ahora que ya no está Óscar, no sé si tiene sentido dedicarle un post así. No se sabe qué sucederá a partir de ahora con la tienda ni con todas las movidas en las que él estaba involucrado. Pero seguro que ya llego tarde.
En fin. Aprovechad mientras podáis para apoyar las iniciativas interesantes que encontréis a vuestro alrededor. Y cuidad mucho de la gente por la que guardáis estima. No esperéis hasta mañana para hacerlo: poneos a ello ya mismo.
Hasta siempre, Óscar.