Confeti de Odio y The Midnight Gospel

Hay días en los que parece que algunas fuerzas cósmicas se ponen de acuerdo para que no pares de descubrir cosas que sientes que son excepcionales. Ayer para mí fue uno de ellos: disfruté por primera vez de Tragedia Española, el primer LP de Confeti de Odio, y de la serie The Midnight Gospel. Un disco y una serie que en circunstancias normales ya me habrían parecido maravillosas, pero que en medio del tostón vital del confinamiento sencillamente me han hecho un poco feliz. 

Confeti de Odio – Tragedia Española

Al terminar ayer la primera escucha de Tragedia Española me vino a la cabeza Flor de Pasión. ¿Cómo habría presentado Juan de Pablos este disco si continuara en antena?Porque estoy seguro de que habría pinchado estas canciones noche tras noche. En ellas encuentro mucho de lo que me encantaba del programa de radio: tienen mucho pop clásico, mucho punk adolescente, y sensibilidad y sentimiento a raudales. 

Ahora que ya he pegado una decena de vueltas al disco se me ocurren unas cuantas maneras más de interpretar su significado. Tragedia Española podría ser una breve ópera rock sobre el hundimiento de una persona incapaz de manejarse en el amor. También parece un recopilatorio de singles perfectos, conectados entre sí por la amargura y la ironía. O el retrato del final de la adolescencia que me habría gustado que Airbag hubieran sacado como continuación de Manual de Montaña Rusa. O lo que habrían grabado Los Planetas si al terminar el Pop no se les hubiera ido tanto la mano con las drogas y se hubieran tomado todo con más humor.

Lo que está claro es que Lucas Vidaur tiene una facilidad pasmosa para encontrar melodías perfectas y estribillos gloriosos. Y que su habilidad para encadenar imágenes demoledoras en las letras no la tiene casi ningún músico de su quinta. Y que consigue que música y textos encajen entre un millón de referencias musicales que me flipan, y lo hace con una personalidad y una frescura alucinantes. 

Total, que el primer largo de Confeti de Odio me ha parecido uno de los debuts más excitantes que he escuchado en años dentro de la música en castellano. Me da que en las próximas semanas le voy a escuchar, seguro, hasta romper el móvil.


The Midnight Gospel 

Supongo que, cuando alguien acaba de ver un episodio de una serie con el que ha disfrutado mucho, la reacción más habitual es lanzarse a dar al play en el siguiente. Bueno, pues ayer cuando terminé el primer capítulo de The Midnight Gospel lo que hice fue volver atrás y repetirlo. Acababa de recibir un bombardeo de sensaciones tan bestial que preferí revisar con calma cada detalle antes de continuar. Y tras el segundo visionado he de decir que, más allá de la sorpresa inicial, lo nuevo de Pendleton Ward para Netflix (o al menos su primer episodio) tiene algo de experiencia gloriosa. 

La promoción presenta The Midnight Gospel como una especie de Hora de Aventuras con drogas y violencia, es decir, algo al estilo de La fiesta de la salchichas (que, por cierto, es una peli bastante divertida). Y por supuesto que sí que hay algo de eso; pero en esta ocasión la idea de animación para adultos se ha llevado bastante más allá de la mera gamberrada. Aquí hay experimentación gráfica y piruetas narrativas como pocas veces (por no decir ninguna) he encontrado en la animación dirigida a públicos mayoritarios. 

Pues sí, ha sido una grata sorpresa toparme en una serie de Netflix con hallazgos gráficos que hasta ahora no había visto más que en las ilustraciones de Ana Galvañ, Nick Drnaso, Victor Puchalski, Max Baitinger o Jesse Jacobs. Y lo mejor es que este festival de colores ácidos, degradados extremos y texturas ultracutres funcionan de forma increíble en formato animado, y que las libertades que se han tomado a la hora de aplicarlo encajan a la perfección con las viguerías narrativas de la serie.  

En fin, ahora me toca continuar con los otros siete episodios de la primera temporada de The Midnight Gospel. Por mucho que la cosa se tuerza, siempre me quedará la alegría que me he llevado con estos primeros veinte minutos. No me lo había pasado también con una novedad animada desde que el verano pasado descubrí Más allá del jardín, otra serie que también salió del equipo de ß. Joer, no sé si algún día se valorará en su justa medida todas las alegrías que nos está proporcionando esta gente. 

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