Ya sabéis que Kanye West sacó disco nuevo hace diez días. Se ha hablado mucho de la salida del disco, de las paridas que Kanye ha soltado en twitter, del cisco que montó para la presentación (con el Madison Square Garden lleno de gente que escuchaba las canciones presentadas por su propio autor, y también miraba a unas personas que estaban quietas y llevaban puesta ropa también diseñada por él) y de mil patochadas más. El caso es que se ha hablado poco del disco en sí. Entre otras cosas porque a día de hoy es un poco complicado pegarle una escucha : o te suscribes a Tidal o te lo bajas de Soulseek. No conozco otra forma de hacerlo. Y el caso es que el disco es una barbaridad. Vamos, la mayoría de la música que ha hecho Kanye West merece estar en el olimpo del pop del siglo XXI; pero con la chifladura que gasta el muchacho y lo impertinente que se pone a veces, uno termina por pensar que cualquier día se le va a secar la inspiración y va a cascarse un horror de los que hacen época. Pero esta vez eso tampoco ha sucedido. Este sería un buen momento para marcarme una reseña extensa y chula del álbum, pero otra vez ando justísimo de tiempo, así que voy a limitarme a hacer una recopilación un poco arregladilla de algunos comentarios sobre el tema que he dejado por distintas partes del internet.
Esto es lo que me salió después de la primera escucha.
- Me ha parecido mucho más sencillo de escuchar que “Yeezus”. Tiene bastantes canciones cortas (la mayoría no llegan a los 3 minutos), con mentalidad futurista en la producción pero con locuras más contenidas que las de los últimos discos, y con el autotune más discreto desde los tiempos de “Graduation”. Y, sin que sirva de precedente, en “I Love Kanye” se le oye reírse.
Y después de unas cuantas escuchas.
- El disco es tremendo. Es difícil decir si es mejor que sus mejores discos, pero desde luego que le veo al nivel de “Late Registration”, “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” o “Yeezus”.
- Creo que la forma de publicar el disco es una puta locura. O lo escuchas por Tidal o te lo descargas de Soulseek. No existen copias físicas, no está en Spotify y ni siquiera he encontrado trozos de audio en youtube. En principio diría que, al hacer esto con el disco, Kanye va a palmar dinero como cosa mala. Ya no es solo porque de esta forma cierra las puertas de muchos canales a través de los cuales podría vender su música. Es que tampoco he encontrado ninguna manera de compartir estas canciones en redes sociales, con lo que al final esta música se convierte en una ausencia. Pero por otro lado la estrategia también me parece sorprendente, y en estos últimos meses se han visto cambios muy locos en la forma en que se vende música (desde los lanzamientos exclusivos en Tidal de Rihanna o Beyoncé hasta los chavales que lo petan con el trap a través de youtube) , así que prefiero esperar a ver cómo termina toda esta historia antes de ponerme a hacer cálculos de la cantidad de dinero que se ha podido palmar con la operación “The Life of Pablo”.
- «Famous», la canción de la polémica con Taylor Swift, me gusta más que cualquier canción de Swift. Vaya santo temón.
- Lo de la producción del disco, una vez más, es de escándalo. Aquí viene un listado de samples usados en el disco, y estoy seguro de que hay bastantes más cosillas flotando por el sonido que han quedado sin acreditar. Y todo para construir un sonido que no suena a nada anterior. Ecos fantasmagóricos, voces soul, sonidos maquinales, guitarreos funkys… todo junto genera la música que solo podría sonar en el año del nacimiento de Roy Batty, el replicante rebelde de Blade Runner. Cada disco que saca este hombre es a la vez una enciclopedia de historia de la música y un manual de introducción al futuro de la música. Por decir algo, sin ser este un disco de trap, creo que aquí se abren más caminos para hacer bases traperas que en el 90% de las producciones del género que he escuchado el año pasado.
- «No More Parties in L.A.«, la canción que canta a pachas con Kendrick Lamar, me parece otra barbaridad, y me flipa porque es hip hop clasicote con sonido a finales de los 90-principios de los 2000 que tiene poco que ver con lo que hacen a día de hoy Lamar ni West, y que es una jodida delicia.
- La cantidad de temazos históricos es bastante maja. Aparte de los que he comentado ya están “Ultralight Beam”, “Feedback”, “FML”, “30 Hours”… bueno, la mayoría de los 18 cortes son singles perfectos.
- No he tenido tiempo para prestar demasiada atención a las letras, pero me he quedado con la impresión de que se encuentran entre las más espantosas de la carrera de West. Pero me da igual.
- «Fade«, el corte final, se merece una nueva versión que incluya un feat. Joe Crepúsculo.
- Después de pegar dos escuchas seguidas a “The Life of Pablo” me ha dado por poner otra cosa para variar, y me he tirado a por “Be” que Common sacó en 2005. Bueno, pues cuando voy por “Go”, el tercer corte, empieza a sonar una voz conocida. Me da por buscar los créditos del disco y, efectivamente, Kanye West echa un par de cantadas por el disco, y de paso se marca la producción del álbum con alguna ayuda del difunto J Dilla. Y entonces es cuando recuerdas la cantidad de años que West lleva entregando joyas que le permiten estar por encima de todas sus payasadas, que mira que son muchas. Pero es que da gusto escuchar sus cosis.