Los negros afroamericanos se han comido al resto de la música popular del 2016. Mientras casi toda la música comercial norteamericana se pierde entre el escapismo vacío de la música de baile y la nadería vacía del rock y el pop blanco, parece como si la plana mayor de los músicos negros se habrían puesto de acuerdo para lanzar un mensaje político, de reivindicación identitaria y de protesta contra un racismo que, a pesar de los ocho años que Barack Obama lleva presidiendo la Casa Blanca, sigue presente en los grandes titulares de la prensa a cuenta de los reiterados casos de brutalidad policial o de la campaña electoral del candidato Donald Trump. Quizás el vídeo que emitió este fin de semana Saturday Night Live haya abierto los ojos a muchos europeos sobre la inquietud que hay en torno a este asunto al otro lado del charco. Pero la cosa viene de largo. Voy a hacer un pequeño repaso de vídeos de gente que desde el más puro mainstream se ha puesto guerrillera en los últimos meses. Agresiones policiales, grilletes, barrotes, látigos y corredores de la muerte son ya iconos recurrentes en el discurso del hip hop o el r&b. Sí, eso a lo que muchos (a menudo desde posiciones indisimuladamente racistas) acusan de que solo habla sobre putas y fajos de billetes. Para que luego digan que los músicos de aquí han tomado conciencia política desde el 15-M.
Run the Jewels – Close Your Eyes (And Count to F**k)
Tanto en los textos de Killer Mike como en los de El P la política siempre ha estado presente de forma tirando a explícita. De hecho, «Meow th Jewels«, el delirante disco de remezclas basado en samplers de gatos que publicaron hace unos meses, está concebido como un medio para recaudar fondos de apoyo a las familias víctimas del racismo policial.
En el siguiente vídeo (acompañados del también político Zach de la Rocha) presentan el racismo policial de un modo tan poético como demoledor.
Vince Staples – Norf Norf
El rapero revelación de 2015 se ha marcado «Summertime ’06» un discazo en el que el ghetto no es el escenario que convierte a los gangstas en superestrellas, sino un puto infierno. En este vídeo trata de hacer que el camino desde el barrio hasta la celda parezca algo agradable… aunque ante algo así, es difícil encontrar algo que haga esbozar siquiera una sonrisa torcida.
Kendrick Lamar – Alright
Ni sé cuántas veces he dicho que «To Pimp A Butterfly» es el gran disco de 2015. Y aunque este no sea mi corte preferido, su vídeo es de lo más alucinante que se ha podido ver el año pasado. Una vez más, la belleza de este poema visual a duras penas consigue evitar que a uno se le salten las lágrimas de impotencia ante los abusos policiales.
Kendrick Lamar – Actuación en los Grammys 2016
Os lo traigo calentito: esto ha pasado esta misma noche. Lamar salió a actuar en la gala de los Grammy y se comió el mundo. Bueno, también se comió algún que otro verso «explícito»: es el peaje que hay que pagar por estar en lo más alto. Pero vale la pena el sacrificio cuando gracias a ello se puede mostrar a todo el mundo esta genialidad, en la que la impetuosa interpretación de Lamar se ve enmarcada en una puesta en escena en la que une Compton (su barrio), la cárcel, y sus raíces en la esclavitud y en África. A sus pies, rey Kunta.
Beyoncé – Formation
La Reina Bey también se pone dura. Se acaba de marcar el single más crudo de su carrera, con lenguaje explícito cargado de críticas contra el racismo y un vídeo en el que dispara sin silenciador contra los vestigios de la vieja cultura sureña y contra el desprecio hacia la comunidad negra ante el desastre del Katrina.
Beyoncé – Formation en la Superbowl
Y aquí lo remató. Apenas un par de días después de publicar el vídeo de «Formation», aparece para interpretarlo en el intermedio de la Super Bowl. Y más allá de perreos y de duelos de baile con Bruno Mars, la carga simbólica en la puesta en escena no podía ser más clara: Beyoncé se presentó rodeada de bailarinas con boinas negras levantando el puño para conmemorar el 50 aniversario de la aparición de los Panteras Negras. Pobres Coldplay, que pensaban que por sacar a niños tocando el violín en chándal ya lo tenían todo ganado.