Las ediciones de libros de bolsillo tradicionalmente han sido la forma más popular de edición literaria. Suelen ser reediciones de libros en un formato menos lujoso que el que tuvieron en sus primeras ediciones, con lo que el precio final es más bajo. Dado que muchas novedades literarias son excesivamente caras, la edición de bolsillo sería una buena forma de facilitar el acceso de la literatura a las clases menos pudientes.
Pero si los atropellos editoriales son frecuentes en las ediciones más caras, lo que se encuentra en edición barata puede alcanzar límites dramáticos. Papel de fumar, encuadernación endeble, tinta aguada, portadas aberrantes, maquetación atroz… El aspecto de estos libros puede ser pobre, pero sobre todo se dan serios problemas de ergonomía (estos volúmenes son incómodos para la vista, e incluso para sostener en la mano), además de que tienden a resistir muy mal el uso y el paso del tiempo, así que a menudo se convierten en libros de usar y tirar.
Llevaba un tiempo con ganas de escribir un post sobre este asunto, pero ha habido un libro concreto que me ha empujado a ello. Se trata de la edición de bolsillo de “Turn the Beat Around. The Secret History of Disco” de Peter Saphiro que la editorial Faber and Faber publicó en el Reino Unido en el año 2005. A priori, el precio de 9.99£ me pareció más razonable que los 30€ de la edición española, que además a día de hoy es difícil de encontrar. Pero lo barato sale caro. La maquetación de esta edición inglesa es atroz, hace falta forzar bastante la vista para ver bien el texto. Llegado a la página 95 -el texto ocupa 282 páginas- mis ojos dijeron que ya era suficiente. Se acabó. Leer en esas condiciones es una tortura.
- «Turn the Beat Around»: letras de un milímetro, márgenes de tres centímetros.
En el Reino Unido existe una importante cultura de la literatura barata. La libertad de precios que permite su legislación y el sempiterno pragmatismo de la cultura británica permiten una producción ingente de libros con precios de broma. Eso sí, los niveles de calidad en estas ediciones suelen ser bajísimos. Tanto que, como es el caso, hay veces en las que no hay forma de leer el texto. Y así es cuando uno se da cuenta de que lo que tiene entre las manos es auténtica literatura basura.
Vale, esta edición solo se puede conseguir de importación, así que el ejemplo es un poco tramposo, ya que hablo de un libro que no se ha publicado en España en este formato. Aquí existen colecciones de bolsillo bastante bien editadas. Un ejemplo claro es la colección Compactos de la Editorial Anagrama, que cuenta con un catálogo excelente y unas ediciones más que dignas y a buen precio. Y las ediciones basura no son tan frecuentes como en el Reino Unido. Pero haberlas, haylas. En este sentido, me viene a la cabeza la editorial Siglo XXI, de cuya colección de Historia Universal tuve que leer varios libros durante mis años de universidad. Siempre he pensado que el que decidió el tipo de maquetación de esa colección me ha robado una dioptría.
Nunca he sentido el tan generalizado apego por el libro como objeto. No comparto los argumentos que los románticos suelen enarbolar cuando defienden la literatura en papel frente la edición digital. No, los libros rara vez huelen bien, y con el tiempo el papel se deteriora, adquiere un color feo y su tacto se vuelve áspero, se convierte en un imán para el polvo y en un refugio para ni se sabe cuántas diminutas criaturas desagradables. Ocupan mucho espacio y pesan una barbaridad. Y el derroche de papel destruye nuestros bosques. Es una lástima que en España la edición literaria parezca haberse estancado; estoy seguro de que los lectores nos ahorraríamos muchos despropósitos de bolsillo si las editoriales dedicaran sus fuerzas a encontrar la manera de publicar ebooks decentes y a buen precio, en vez de empeñarse en seguir vendiendo cosas cutres y mal editadas.