¡Hola! ¿Estáis todos bien?
Supongo que desde hace un par de días ya estaréis comprobando que el universo telemático funciona en sentido contrario al del mundo tangible. Así, mientras oficinas, tiendas, bares y zonas públicas en formato físico súbitamente se han vaciado y han dejado de funcionar, muchos de los que manteníamos en suspenso nuestra actividad internáutica volvemos a dar señales de vida.
¿Por qué he tardado tanto en volver al blog? ¿Qué ha sucedido en Spam de Autor durante estos casi seis meses de silencio? Pues muchas, muchísimas cosas. Tantas que me da una pereza terrible explicarlas de una sola vez. Por eso me llevé un alivio enorme cuando el 24 de febrero la YouTuber Ter compartió un vídeo en el que comentaba con claridad y gracia la sequía de actualizaciones de su canal, que vienen a ser prácticamente las mismas cosas que yo no acertaba a expresar. Si tenéis curiosidad por mí, mejor que echéis un vistazo al vídeo y así nos ahorramos todos que yo tenga que sacar un post intragable.
Y, al igual que Ter, también yo tengo intención de seguir actualizando durante los próximos días con toda la frecuencia que me sea posible. Publicaré todo lo que se me ocurra y que sea capaz de darle forma, siempre que no traspase las habituales líneas rojas que acotan lo que está permitido mostrar este blog: que no sea aburrido, que no vaya cargado de odio inútil y que no sea una mierda.
Y, antes de terminar el post, aprovecho para mandar un mensaje de ánimo a todo el mundo. Supongo que a muchos de vosotros la situación de confinamiento os resulta desconocida. Pero para mí (y para otros muchos) el vivir sin salir de casa no es algo del todo novedoso. Por poner algunos ejemplos, seguro que los que habéis estudiado en una universidad a distancia o habéis preparado oposiciones, los que habéis trabajado como redactores freelance o los que habéis vivido en regiones de montaña que cada invierno quedan aisladas por la nieve ya sabéis de lo que os hablo.
La experiencia enseña que pasar una temporada encerrado en casa y sin apenas mantener contacto físico con el mundo exterior es una situación llena de incomodidades, pero tampoco es el apocalipsis. Al final se sale, os lo aseguro. La cuestión está en mantener la calma, establecer una mínima disciplina mental y no dejarse llevar por la angustia ni por la prisa. Nadie sabe cuánto tiempo va a durar el confinamiento, así que lo mejor es afrontar las cosas con relajación.
Dado que durante unos cuantos días internet va a ser el único espacio común con el que contemos, es importante que tratemos de mantenerlo limpio y ordenado. Por favor, conservad la serenidad y no asaltéis las redes sociales cegados por el mismo pánico con el que habéis atacado las estanterías de los supermercados del barrio. Entrad a Facebook y a Twitter con moderación, silenciad los grupos de WhatsApp que no tengáis la obligación de atender, y masticad bien los contenidos que consumáis, no sea que os atragantéis o que os acaben dando una digestión pesada. Y a la hora de compartir cosas, pensad un poco en los demás. Me da mucha pena encontrar todo repleto de los bulos, fake news y memes de trolls que todo el mundo deja esparcidos sin ningún cuidado.Tratad de que vuestras aportaciones sean positivas para todos, no os limitéis a lanzar al ventilador todas vuestras frustraciones y resentimientos.
Y, por último, os recomiendo que no descuidéis la higiene personal, os duchéis, os lavéis los dientes y el pelo con regularidad, os cortéis las uñas y también que os cambiéis de pijama cada pocos días. Ah, y tratad de mantener una dieta equilibrada y rica en frutas y verduras, evitad comer entre horas y dosificad los atracones de patatas fritas y dulces.