En verano de 1995 llegó a algunos (no muchos) salones recreativos “Marbella Vice”, uno de los videojuegos más bizarros que yo me haya encontrado, y que prácticamente ha caído en el olvido. He hecho una búsqueda rápida y en internet solo encuentro comentarios sobre el juego en alguna que otra entrada en blogs, algún vídeo en youtube y poco más. De hecho, no tengo constancia de que la rom esté disponible para ningún emulador, así que no se me ocurre ninguna manera de poder jugar a esto en 2014.
El juego vendría a ser lo que ahora se llama un shooter en primera persona, o al menos algo parecido. Seguía un esquema similar al que se había visto en “Mad Dog McCree”, una máquina que cosechó un cierto éxito en la primera mitad de la década de los noventa gracias a su revolucionario sistema de juego: había que ir resolviendo situaciones a punta de revólver sobre una película de imagen real rodada con actores de carne y hueso. Cada pantalla era una especie de secuencia en la que había que estar atento a las palabras de los actores para entender cómo resolver la trama. Antes que esto, creo que solo “Dragon’s Lair” había hecho algo parecido; pero la llegada de nuevos sistemas de almacenamiento de datos (en este caso, el láser disc) permitió un salto cualitativo en esto de los videojuegos, así que durante algunos años fueron frecuentes los intentos de abandonar los gráficos basados en píxeles para acercar los juegos al vídeo tradicional. Poco tiempo después, el perfeccionamiento de los diseños vectoriales hizo que se desechara la imagen real, pero bueno, eso es ya otra historia.
El caso es que en 1995 salió a la luz “Marbella Vice”, que venía a parodiar la serie “Corrupción en Miami” pero estaba ambientada en la Costa del Sol durante el apogeo del gobierno de Jesús Gil. Bajo la batuta de un todavía prometedor Álex de la Iglesia –cuando salió el videojuego ni siquiera se había estrenado “El día de la Bestia”, su segundo largometraje- se veía desfilar a personajes interpretados por gente como el también todavía prometedor Santiago Segura, el recientemente fallecido Álex Angulo, la estrella de las telenovelas Catherine Fulop, e incluso Espartaco Santoni, que imagino que debía de interpretar a uno de los malos.
Seguramente aparecían más personajes memorables, pero mi memoria no da para mucho más. Del mismo modo que apenas recuerdo demasiados detalles de la trama, más allá de que en su momento me pareció muy graciosa y que en los escenarios salían cochazos, mansiones y yates. Vamos, que en muchos aspectos podría pasar por una precuela de la saga GTA. O de Torrente 2.
Si no guardo muchos más recuerdos de esta máquina es porque su impacto en mí fue intenso, pero muy muy breve. Su distribución debió de ser algo limitada, porque en todo Santander solo recuerdo que llegaran a tenerla durante unos meses en la Cervecería La Cruz Blanca, que quedaba fuera del entorno de mi barrio, y además nunca llegó a lanzarse en versión para PC o para consola. Por otro lado recuerdo que era cara: cada partida rondaba las 100 pesetas (y como no lo hicieras bien te podían dar boleto en menos de dos minutos), que para mi precaria economía era un derroche inasumible. Así que ocasionalmente me acerqué a ver si alguien se echaba unas partidas, pero creo que ni siquiera llegué a jugarla yo mismo.
La década de los noventa permitió que existieran llegaran a grandes públicos cosas como “Marbella Vice”, del mismo modo que hubo revistas como “La Comictiva” o “El víbora”, grupos como Def Con Dos o Kojón Prieto y los Huajalotes, películas como “Killer Barbies”, cortos como los de «Evilio«… Vamos, que en cualquier emisora de radio, en cualquier kiosko o cualquier cine se podían encontrar gamberradas de tomo y lomo. Para muchas cosas esos años fueron una mierda, pero qué leches… si uno quería divertirse, lo podía pasar en grande.