Ya estoy de vuelta de los sanfermines 2015. Sí, la cosa este año ha sido rápida (aunque llegué a Pamplona un par de días antes del chupinazo, así que no fue tan corta) pero no menos intensa que el año anterior.
Las fiestas de San Fermín en Pamplona son un desafío humano a múltiples niveles, lo que las convierte en una buena ocasión para imponerse retos que superar. Lo de saber comer o beber bien no creo que requiera un gran mérito (aunque es cierto que durante los últimos días en temas culinarios me han mimado por encima de mis posibilidades). El logro de llegar a las dianas ya lo alcancé el año pasado. Los que tienen que ver con toros no me atraen especialmente. Parecía complicado encontrar algo que mereciera la pena, hasta que alguien lanzó un nuevo anzuelo: marcarse una pinchada maratoniana el día del chupinazo. Y yo piqué.
La propuesta era mantener a tope la cabina del Txintxarri (c/ San Francisco, Pamplona) junto a Javi Patrullero y Óscar Salmerón nada menos que 12 horas seguidas. Desde las 18:00h de la tarde del día 6 hasta las 6:00h del 7 de julio. Una auténtica maratón, una prueba de resistencia extrema en un boiler room en el sentido literal de la expresión: a las 18:30h del lunes la estación meteorológica del aeropuerto de Pamplona registró 38,4° de temperatura.
Fue algo duro. Hubo que soportar todo tipo de peticiones absurdas, momentos en los que la inspiración parecía que iba a flojear, gente de nuestra crew que estuvo a punto de desfallecer, amagos de deserción… pero al final lo logramos. Por desgracia o más bien por fortuna no hay fotografías que hayan documentado tamaña gesta, así que no os quedará otra opción más que creer lo que os cuento. Los temazos no pararon de sonar y la gente no paró de bailar hasta la hora del cierre. Podría intentar resumir lo que se pudo escuchar, pero qué leches: creo que pinchamos toda la música que existe.
Así que solo me queda agradecer a mis compañeros todo lo que aportaron a este trabajo de equipo. La única lástima es que después de todo no fuimos capaces de llegar a las dianas, pero se puede perdonar porque tampoco es necesario batir todos los récords mundiales de una sola vez. Ahora solo queda contar los días que faltan para el próximo chupinazo, que me parece que son como 364 o 363 o así… bueno, espero no equivocarme y aparecer el día correcto.