MetaMaus

MetaMaus: viaje al interior de un clásico moderno” (Reservoir Books, 2012) llegó a las librerías camuflado como uno de tantos libros de regalo: esos ejemplares llenos de ilustraciones y texto insustancial, a menudo editados en formato volumen aparatoso, que suelen lucir bien en la estantería de tu sala de estar y que pasado el día en que se hace el regalo rara será la ocasión en la que vuelvan a abrirse. Pero no hay que llevarse a engaño: MetaMaus es un estudio excepcional sobre Art Spiegelman y sobre su obra más conocida.

Entre las virtudes de Metamaus, la más evidente es la exhaustividad. El libro y el dvd que le acompaña presentan una avalancha de contenidos apabullante. Por un lado, se encuentran las grabaciones en audio y las transcripciones completas de las conversaciones de Art Spiegelman con su padre Vladek que dieron pie al guión Maus, además de los bocetos originales de la mayoría de las páginas del cómic.
Además, buena parte de las páginas de este volumen están ocupadas por una serie de entrevistas en profundidad que Hillary Chute hace a Art Spiegelman (¿un reflejo de las que Art hizo a su padre para preparar Maus?) en las que se desentrañan innumerables detalles de la obra, desde las motivaciones morales, religiosas, políticas, artísticas y personales que llevaron a que Maus se concibiera tal y como llegó al público, la descripción de buena parte del proceso de creación gráfica de la obra, el modo en el que diversos tipos de público recibieron la obra, hasta el repaso al modo en que la creación, la publicación y el éxito de Maus ha cambiado la vida de su autor. Por si fuera poco, esto viene aderezado con materiales complementarios de todo tipo: entrevistas a Françoise, esposa de Art Spiegelman, y a sus hijos Nadja y a Dash, cómics creados ad hoc para ilustrar detalles concretos (algunos de ellos sorprendentes, como los que narran encuentros con Maurice Sendak –autor de “Donde viven los monstruos”- o con Harvey Kurtzman –uno de los responsables de la revista Mad- o la obra de Windsor McCay– el creador de “Little Nemo”), el repaso al árbol genealógico de la familia Spiegelman hasta reseñas de prensa, artículos de opinión e incluso un documental con las imágenes caseras que Art y Françoise tomaron de Auswitch en 1987.

Pero además la obra sorprende por la complejidad en la forma en que presenta el contenido: MetaMaus no es una mera recopilación de textos e ilustraciones en papel acompañados de un dvd con extras, sino que para aprehender toda la información conviene ver todo esto como un collage en el que textos, vídeos e imágenes se complementan y al combinarse con el resto de elementos cobran un nuevo significado. Y la presentación de la edición se ha cuidado hasta el último detalle, así que el tomo es muy bonito. En ese sentido, aunque uno no quiera meterse a bucear en el mar de datos que contiene el Metamaus, el libro también cumple su función de simple libro de regalo.

La salida de MetaMaus es interesante también porque todavía son escasas las monografías dedicadas a cómics publicadas en España. Actualmente tampoco tengo noticia de que se esté publicando ningún magazine impreso dedicado a reseñar las novedades editoriales del mundo del cómic. De hecho, más allá de los pequeños blogs dedicados el tema, solo conozco un gran portal dedicado al cómic, Dreamers.com, y por lo incómodos de leer es una web que parece creada por un discípulo de Homer Simpson.

Supongo que esta escasez de trabajos serios dedicados al cómic es una de las cosas que me hicieron creer en un primer momento que este era uno de tantos libros de regalo. Pero no es lo único que me llevó a la confusión: antes de MetaMaus, pasaron por las estanterías de las librerías especializadas se pudo ver “Be a nose!”, un recopilatorio de cuadernos de bocetos de Spiegelman, y también “Breakdowns”, una recopilación de historietas de Spiegelman publicadas antes de la aparición de Maus, y que por motivos en los que no tengo ganas de entrar ahora la considero también una obra ornamental. Así que la ecuación era fácil: si la ley dice que no hay dos sin tres, Metamaus debía ser igual que los anteriores.

En fin, queda claro que las editoriales españolas todavía no se han decidido a apostar por la publicación de metaliteratura centrada en los cómics, así que la edición de Metamaus es motivo de gran gozo. Si al terminar de leer Maus os quedásteis con ganas de más, echadle un ojete.

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