«Cómo funciona la música», de David Byrne

Cómo funciona la música

Estoy seguro de que muchos ya habéis leído ¿Cómo funciona la música? (Reservoir Books, 2014) de David Byrne, ya que hace un par de temporadas se convirtió en un gran éxito (bueno, tampoco tan grande, la verdad) dentro de la literatura musical; si es ese el caso, poco os voy a contar hoy que no sepáis ya de sobra. En caso contrario, no tengáis miedo a seguir adelante con este post, que este libro contiene bastantes cosas muy interesantes.

El título de la obra no podía ser más impreciso aunque, bien pensado, se ajusta bien a las inabarcables intenciones de Byrne. A lo largo de más de 350 densas páginas el que fuera líder de Talking Heads recorre todos los puntos de vista desde los que se le ocurre que se puede abordar el mundo de la música: cómo se monta una banda, las diferentes maneras de afrontar las tareas de composición, grabación o interpretación en directo, las diferencias entre el mundo amateur y el profesional, los distintos tipos de relación entre artistas, audiencias e industria musical, o los distintos espacios o artefactos tecnológicos empleados para escuchar música.

El asunto es que Byrne no escribe como un investigador que se acerca a estos asuntos como observador externo. Durante las últimas cuatro décadas este hombre ha participado en casi todos los estamentos de la vida musical: ha sido un músico habitual en el escenario del CBGB de Nueva York, ha colaborado de forma estrecha con músicos que van desde Brian Eno hasta St. Vincent, ha hecho giras mundiales acompañado de bandas de jazz latino, o ha creado música para instalaciones artísticas. Byrne ha volcado muchas de estas experiencias en el texto, con lo que Cómo funciona la música acaba por tomar un peculiar tono a medio camino entre el manual académico y la autobiografía pura.

El resultado es apabullante. Aunque, eso sí, no le he encontrado el mismo interés a todas las cosas que cuenta. Por ejemplo, las partes del libro en las que toma su propia carrera como ejemplo para explicar algún asunto técnico se me han hecho durillas, ya que no controlo muchas de las cosas que ha hecho en la música y todo el rato pierdo el hilo de lo que me está contando. En cualquier caso, como el libro tiene una estructura así como de manual creo que tampoco es necesario leer todos los capítulos, ya que se puede disfrutar igualmente como obra de consulta sobre temas concretos.

Por cierto, puestos a destacar, me ha flipado el capítulo titulado Cómo se crea una escena, en el que pone al CBGC como ejemplo de los errores y aciertos a la hora de conseguir que aparezca eso, una escena musical que integre a artistas y público en un ambiente de efervescencia creativa. Y me ha resultado insoportable Harmonia Mundi, el último capítulo, en el que repasa distintas interpretaciones del lugar que ocupa la música dentro del mundo de las ciencias. Aunque, bueno, tampoco estoy en condiciones de quejarme mucho, que este post es de los textos con menos inspirados y más desangelados que he escrito para Spam de Autor.

Para compensar por el agravio de haberos hecho leer un texto tan soso voy a colar el vídeo de Burning down the House de Talking Heads, que lo peta muchísimo más que yo.

Y merece una mención aparte la edición del libro, muy muy cuidada. Pocas veces he sentido que podía identificar un libro simplemente por el tacto de su cubierta. Como curiosidad, en los créditos del libro se menciona al novelista Dave Eggers como responsable del diseño de la portada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *